GENEALOGÍA
DE LA FAMILIA TITO-GALLEGOS
Desde siempre, la concesión
del nombre ha implicado el deseo familiar de que la criatura a la que se le
concede ese determinado nombre adquiera los rasgos y virtudes que poseía un pariente en particular llamado así. Puede ser el mismo padre, madre, abuelo,
abuela o cualquier personaje histórico cuya vida y existencia es admirable y
digna de elogio. Lo cierto es que por muy orgullosos que estemos de nuestra
familia, nadie escapa al hecho de que nuestras genealogías además de tener
grandes y virtuosos antepasados también encontramos asesinos, violadores y
malhechores. A veces, los mismos nombres familiares pueden mostrarnos qué clase de personas fueron nuestros
ancestros, a través de la interpretación de los apellidos. En este caso
analizaré mi propia genealogía y la de mi esposa para aprender los rasgos más
significativos de los antepasados que originalmente portaron nuestros
apellidos. He escogido solo algunos al azar como muestra y ejemplo, ya que analizar cada uno de los apellidos familiares daría para una toda una enciclopedia.
Tito:
Apellido controvertido y antiquísimo, más utilizado como nombre personal. Dicho
nombre ya era utilizado por los etruscos y aparece en una antigua estela de
piedra representando a un guerrero. Esta imagen coincidiría con su significado
que sería “valiente defensor”
Heráldicamente está
representado en azur, una mano serrada goteando sangre.
Viedma: Arábigo,
del nombre personal Bedmar o Abenmar (Ibn Marw o Marwan) probablemente su
significado es “hijo del gallego”
Heráldicamente está
representado en un campo de plata, un león de gules saliente por el flanco
izquierdo.
Delgado: Apodo
personal del latín delicatus, delicado, delicioso, en el romance adquirió el
sentido de “pocas carnes”.
Originario de Santander y extendido por toda la península.
Heráldicamente está
representado en borduras de plata y gules 7 estrellas y 7 calderas de oro con salutación angélica en
letras de azur “Ave María Gratia Plena”
Garrote:
castellano del occitano garrot y de origen germánico. Su acepción más antigua
hace referencia a un proyectil de madera que se lanzaba desde una ballesta.
Heráldicamente trae Una
encina y un jabalí al pie del tronco.
Samaniego: Probablemente
de origen judío y extendido por la población navarra. Hay algunas lagunas
respecto a su significado, pero muchos
eruditos afirman que significa “hijo de Samaria”
Heráldicamente está
representado en azur, una espada de plata, encabada de oro, con la punta hacia
arriba y acompañada de 7 estrellas de oro. Porta el lema “Esta espada quebrará, más mi fe no faltará”
Pintor:
Apellido que hace mención al oficio de su portador. Del latín pinctor, pinctoris. Extendido por
Castilla, Cataluña y Galicia.
Heráldicamente representado,
de oro, con un pino de sinople, y segundo, de azur, con una zapata, o calza, de
plata.
Santiago: Linaje
gallego. Contracción de sancte yague, grito de guerra
cristiano durante la reconquista, extendido desde el descubrimiento del
sepulcro de Santiago.
Heráldicamente existen hasta
4 blasones diferentes. Los de Galicia traen en campo de azur, 3 flechas de oro,
puestas dos en aspa y una en palo, resaltando una venera de plata.
Cale: O
sus variantes cal, Cales, Lacal o calero, puede ser una contracción de calle o
del hebreo qahal (asamblea, reunión de la comunidad,
sinagoga) entre los sefardíes significó judería o ghetto. Este apellido está
muy extendido en la península con numerosas casas solariegas. También existen
referencias antiguas y una estrecha relación con la familia del príncipe de Gales.
Heráldicamente trae en
sinople, una piña de oro.
Cozar: Deriva
de la voz arábiga "Cázar" o "Cáçar" que puede ser traducida
como "Labranza". Hay quien
traduce este término árabe por la más evidente de "cazar", es decir
"Casa de caza". Todavía existe otra versión que asegura que el nombre
"Cózar" deriva de "Corza"
o "Corzo”. Muy extendido por la
provincia de Jaén.
Heráldicamente primero, de
gules, con un perro con cadena y collar de oro, y segundo, de azur, con dos
estrellas de plata, acostadas de seis bezantes de oro, tres a cada lado.
Bordura de oro, con una venera de gules en el centro de su parte superior, dos
espadas de azur de los flancos y tres cabezas de moro en punta.
Osorio: originario
del reino de León. Algunos autores creen que su
origen está en los ossirys,
antiguos príncipes egipcios. También hacer referencia a que el animal
identificativo de Osiris-Anubis, es el lobo.
Heráldicamente trae en oro,
dos lobos pasantes de gules.
Gallegos:
Origen gallego. Viene del latín gallaeci
o callaeci y era el nombre usado por los romanos para designar al pueblo
que vivía en el noroeste de la Península: Los galaicos.
Heráldicamente los de
Andalucía traen, partido, 1º de gules, un castillo de oro; y 2º de plata, un
león de gules.
Cantero:
Origen
burgalés. El apellido Cantero tiene su origen en la profesión de
Cantero, experto en el trabajo de cantería para la construcción de
castillos, palacios y catedrales. No se trata de un trabajo de extracción de
piedra de ninguna cantera. Formaban un gremio de constructores (algunos
auténticos "arquitectos") en la Edad Media, gremio que más tarde dio
origen a la masonería.
Heráldicamente trae en Azur, una banda de oro
acompañada de una castillo de plata en lo alto, en lo bajo, de una caldera
jaquelada de oro y sable.
Avilés:
Origen asturiano, de la localidad que lleva el mismo nombre. El término Avilés
procede probablemente del antropónimo romano Abilius. Otro posible origen de este nombre topónimo provendría de Ab Illas, cuya
traducción al castellano actual sería hacia Illas o más bien de camino
a Illas.
Heráldicamente trae un escudo
de gules y un castillo de oro con un ala en cada costado sobre ondas de plata y
azur.
Vallejo:
Apellido de origen toponímico. Es una forma diminutiva de valle, “llanura
de tierra entre montañas”. Bastante frecuente y repartido por
toda España. Su origen procede de la zona castellana (de las montañas de
Burgos).
Heráldicamente trae en campo
de oro, cinco fajas de azur. Bordura de plata, con siete armiños de sable, y en
jefe, un aspa de oro, perfilada de sable.
Coca: Castellano.
De la Villa de Coca, en el partido judicial de Santa María de Nieva
(Segovia).
Heráldicamente trae en campo
de plata un pino de sinople y dos leones de gules empinados a su tronco y afrontados
Leiva: De
origen judío, es una variación de Leví o Levy convirtiéndose en un
nombre sefardí. En España hallamos su origen en La Rioja, en la villa del mismo
nombre en Logroño. Es un apellido que se decía solo podían tener las personas
de sangre más fina; con la dureza en el carácter suficiente para matar; también
de los más talentosos en todo tipo de arte y con una gran capacidad de
entendimiento.
Heráldicamente trae en campo
de azur un castillo jaquelado de oro y gules.
BREVE HISTORIA DE CHURRIANA DE LA VEGA
En España no abundan los pueblos
que guarden tanta cantidad de documentos antiguos tan precisos y abundantes de bautizos, matrimonios,
defunciones, censos y otros registros genealógicos como en la provincia de Granada. En la Guerra Civil, por ejemplo, la quema y destrucción de documentos así como otras catástrofes naturales repercutió
en la desaparición de registros tanto civiles como eclesiásticos, resultando una
pérdida irreparable para nuestro país.
Churriana de la Vega es uno
de los pueblos en los que por fortuna
conserva una enorme y valiosa fuente de
información genealógica, que va desde los
antiguos pobladores de origen morisco
hasta nuestra propia época actual, y su propia historia podría ser
perfectamente espejo de la historia de cientos de pueblos españoles que
vivieron lo mismo.
Obviamente, mi preferencia por contar la historia de
Churriana se debe a mi conexión familiar con esta
población granadina. Al unirme en matrimonio a mi esposa,
nuestros linajes se fundieron en uno solo y ahora con mis propios hijos, mitad churrianeros, formamos parte de la historia del pueblo y de sus gentes. Y
es que la genealogía de mi esposa se remonta a los primeros repobladores
cristianos que ocuparon esta región tras la expulsión de los moriscos en 1572.
El municipio de Churriana de
la Vega pertenece a la provincia de Granada y se encuentra a unos 6 kilómetros
de la capital. Se ubica entre los dos ríos más importantes que son el Dílar y
el Genil. Esta zona es muy fértil y por esa razón ha estado habitada desde el
Paleolítico.
Tenemos referencias de ocupación durante la época romana en la que
se menciona a Churriana con el nombre de Surius o Surilus donde se
establecieron algunas villas dispersas. En la Edad Media existen algunas
referencias moriscas sobre la rica
agricultura e industria de la seda de Churriana. En el siglo XIV Churriana era
conocida como Yurliyana. Ya a fines del siglo XV y en vísperas de la
culminación de la reconquista, Churriana de la Vega entra en las crónicas
cristianas cuando se la menciona a raíz de las negociaciones que llevaban a
cabo los contendientes con las célebres “ahumadas”.
Tras la conquista, la
minoría cristiana impuso por la fuerza el bautismo y la conversión al
catolicismo a todos los musulmanes del Reino. En el caso de Churriana, tenemos
registrado 1031 bautismos de antiguos moriscos celebrados entre 1510 y 1590.
Los nombres adoptados son de lo más variado, entre los que destacan Alonso,
Francisco, Diego o Luis entre el género masculino. Entre las mujeres los nombres
elegidos fueron María, Isabel o Lucía, entre otros. Hay que decir que los
moriscos bautizados conservaron los apellidos propiamente musulmanes y que
muchos hoy día aún perviven en el Magreb.
Es en 1520 cuando el pueblo adopta su
nombre actual, desterrando el nombre de Jurliana o Jurriana. Es también en esta
década cuando empiezan a establecerse cristianos viejos o genuinos. Para 1572
la población churrianera albergaba un 96% de población morisca por un 4%
solamente de cristianos.
Pero la convivencia con la
mayoría musulmana no iba a ser un camino de rosas y pronto los cristianos
acusaron a los nuevos conversos de haber aceptado la nueva religión de forma
superficial y falsa. De forma privada seguían profesando el islam y es que tras
haber transcurrido 50 años de la conquista y su conversión forzada, muchos
musulmanes no hablaban castellano y si lo hablaban no sabían escribirlo con
caracteres latinos. Idioma incomprensible, fuerte acento árabe, vestimenta,
alimentación, costumbres, hábitos higiénicos, color de la piel, pelo, gestos
diferentes y odio reprimido eran la bandera de estos conversos, de acuerdo con
las crónicas de la época
“fingían humildad y usaban buenas costumbres morales en sus tratos, interiormente aborrecían el yugo de la religión cristiana y en secreto se adoctrinaban en los ritos mahometanos, iban a misa por cumplimiento, para que no le penasen. Guardaban los viernes y se lavaban y los domingos trabajaban. Cuando bautizaban a sus niños los lavaban en secreto con agua caliente para quitarles el crisma y el olio santo y les ponían nombres moros. A las novias les despojaban del vestido cristiano y la vestían a la morisca. Si aprendían las oraciones era porque si no, no las deja casarse.”
“fingían humildad y usaban buenas costumbres morales en sus tratos, interiormente aborrecían el yugo de la religión cristiana y en secreto se adoctrinaban en los ritos mahometanos, iban a misa por cumplimiento, para que no le penasen. Guardaban los viernes y se lavaban y los domingos trabajaban. Cuando bautizaban a sus niños los lavaban en secreto con agua caliente para quitarles el crisma y el olio santo y les ponían nombres moros. A las novias les despojaban del vestido cristiano y la vestían a la morisca. Si aprendían las oraciones era porque si no, no las deja casarse.”
En 1567 el rey decidió
atajar el problema de raíz. Mientras vistiesen como moriscos y conservaran la
memoria de su secta no serían buenos cristianos. Se les mandó quitar la lengua,
ropa y baños, que abrieran sus puertas los días de fiesta, viernes y sábados,
se restringió los bailes moriscos, tintes moros, las bodas debían celebrarse
según el rito cristiano, prohibición de sobrenombres moriscos y que no hubiese
moros no nacidos en España. Se les prohibía comprar negros como esclavos
desconocedores de la lengua castellana y que se les enseñara el islam. Se puso
un plazo de 3 años para que cumplieran los preceptos.
Los musulmanes se
justificaban comentando que los bailes no impedían ser buenos cristianos, que
los baños eran para provecho de los cuerpos y no iban contra la fe sino que era
por higiene. Abrir las puertas de las casas invitaría a los amigos de lo ajeno,
la vestimenta morisca se usaba para ocultar la belleza de las mujeres y evitar
que los hombres pecasen. Los sobrenombres moriscos evitaban perder los linajes
y todos desean hablar castellano pero al
crecer en lugares pequeños donde nunca se hablaba, a los viejos les resultaría
difícil, y los curas además les hablaban en arábigo.
Pronto surgió una
sublevación que empezó en el Albaicín granadino y cuyos preparativos tuvo en
Churriana un lugar destacado. Rápidamente fue sofocado excepto en la Alpujarra
y la costa. En 1569 el marqués de Mondéjar alojó a sus tropas en casas
moriscas. En Churriana tenemos constancia de varios bautizos en los que algunos
de estos soldados participaron como padrinos. En la fase más cruel de la guerra
llegaron a Churriana algunos pobres buscando asilo, mientras algunos moriscos
dejaron sus casas y abandonaron a sus mujeres echándose al monte como
bandoleros.
Entre 1569 y 1570 se evacuó
al interior de la Península a los moriscos de Granada y sus alrededores como
medida de “protección” hacia sus personas. Se publicó un bando en el que se
mandaba a todos los moriscos que habían quedado en Granada a que salieran del
Reino bajo pena de muerte. Los musulmanes fueron repartidos en pueblos como
Ciudad Real, Jaén o Campillo de Arenas, este último, tierra de antepasados
propios. El último bautizo morisco en Churriana tuvo lugar el 19 de marzo de
1570 y pocas horas después salía al destierro escoltado por una compañía de
soldados extremeños.
Churriana quedó vacía y no
comenzó el repoblamiento hasta 1571, con la llegada de nuevos cristianos, unas
100 familias. Aún quedaban algunos moriscos, cristianos nuevos que se quedaron
para enseñar y adiestrar a los nuevos colonos en los regadíos y la agricultura.
40 años después los moriscos serían expulsados de España tras comprobarse que
seguían un cristianismo fingido y mantenían contacto con otras fuerzas
musulmanas extranjeras para una inminente invasión de la Península.
Actualmente poseemos
información muy precisa sobre los bautizos moriscos celebrados en esta
localidad, así como los nombres y apellidos de los cristianos viejos que
repoblaron Churriana tras la expulsión musulmana. Estos primeros repobladores
forman parte de la genealogía de la familia Tito-Gallegos.
En 1750 el pueblo es
sometido al interrogatorio realizado en el Reino sobre las características económicas
y geográficas de todas las poblaciones para conocer detalladamente toda
información acerca de los vecinos,
familias, bienes, oficios y rentas. Es
el célebre Catastro de la Ensenada. Fue decretada en 1749 por Fernando VI a
propuesta de su ministro Zenón de Somodevilla, marqués de Ensenada. Este catastro es importante ya que
nos permite identificar por nombres, apellidos y edad a todos los vecinos que
vivieron en esa época, conocer sus posesiones y patrimonio. En Churriana, este
interrogatorio tuvo lugar en 1751 y en él se da cuenta escrita sobre la calidad
de la tierra, de los árboles, tipos de frutos y su calidad, impuestos, minería,
ganadería, etc. y aunque en algunos pueblos estos registros aparecen datos de forma resumida y escueta, Churriana
posee información muy completa y precisa con nombres y apellidos.
Portada del libro que recoge la información referente
al catastro de Ensenada en Churriana de la Vega. En la parte superior se puede leer:
“Lugar de Churriana, respuestas generales
dadas por la justicia y peritos de él”
Churriana de la Vega al
igual que otras poblaciones españolas sufrió los embates de las epidemias o las
malas cosechas. La eterna oración medieval “a
fame peste et bello liberanos oh domine” (del hambre, enfermedad y guerra,
líbranos, oh señor) seguía muy vigente en los siglos venideros y Churriana no
se libró de la peste, fiebre amarilla, sarampión, viruela, neumonía, etc. la
peor epidemia de la historia de Churriana llegó en 1885, cuando un brote de
cólera se llevó la vida de 133 adultos y a 148 niños. El cólera es una
enfermedad que se transmite por el agua contaminada y provoca fuertes diarreas
y vómitos. La supervivencia es del 50% y en Churriana la muerte se llevó a 1 de
cada 10 habitantes, entre ellos muchos familiares propios.
Tras este periodo lo más
reseñable del siglo XX fue la Guerra Civil Española en la que Churriana se unió
a los sublevados y fue escenario de ejecuciones sumarias cuyos cuerpos fueron
enterrados en una fosa común aún por descubrir.
Hoy día Churriana aún
conserva la hermosura y belleza de su vega y fértiles campos de antaño. Para
los foráneos como yo, enamorado de esta tierra,
es una bendición para la vista y una alegría para el corazón pasear por
sus calles y disfrutar de la compañía de sus gentes.
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