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domingo, 22 de mayo de 2016

HISTORIA DE ESPARTA



Cuando pensamos en Esparta no podemos evitar que nuestra imaginación nos arrastre hacia aquel estrecho paso de las Termópilas en el año 480 a.C, donde un puñado de valientes hombretones de ondulantes pectorales puso en jaque a las innumerables huestes del rey persa Jerjes, (Jerjito para los amigos) pero ¿Quiénes eran estos extraordinarios hombres? ¿de donde venían?¿donde radicaba esa fuerza que los hacía ser una fuerza de choque imbatible? 

El origen del pueblo espartano es oscuro. Hace mucho tiempo, en algún lugar del Peloponeso, un grupo de belicosos dorios irrumpió  la tranquilidad de sus gentes tomando a sangre y fuego esta tierra. Atribuyéndose el derecho de conquista, los dorios no justificaron su acto aludiendo a que este país ocultaba armas de destrucción masiva, sino que la tierra ocupada había pertenecido a sus antepasados y  les era lícito recuperarla por el poder de las armas.  Este razonamiento pareció bien al resto de potencias que restaron importancia a la conquista de los dorios sobre la población autóctona. 

Tras esta primera guerra, las tribus dorias se asentaron, se unieron y fundaron una ciudad cercana al río Eurotas, dotada de defensas naturales, así nacía Esparta, cuyo nombre significa "la sembrada" o "la esparcida", pero sus contemporáneos la conocían como Lacedemón y los documentos oficiales hacían alusión a los espartanos como lacedemonios


EL ORDEN DE LICURGO


Inicialmente Esparta era una de las poleis de Grecia que peores leyes tenía. Tras la Segunda Guerra Mesenia en la que a pesar de la victoria, Esparta perdió muchos hombres, se estableció un nuevo orden conocido como “Orden de Licurgo”. pero ¿Quién era este Licurgo y en que se basaba ese orden? Si hacemos caso a lo que nos cuenta Plutarco en sus “Vidas Paralelas”, Licurgo era hijo de un rey espartano llamado Eunomo que vivió hacia el siglo VII a.C. o 2625 B.P. 

Muerto Eunomo le sucedió en el trono su hijo mayor Polydectes que de ahí a poco también acabaría criando malvas, subiendo al trono su hermano Licurgo. Sin embargo la mujer de Polydectes, es decir, su cuñada, estaba encinta, y como ésta tenía conocimiento de la flamante Ley del Aborto del ministerio de igualdad, se acercó a Licurgo y le dijo “oye majo, ¿Qué tal si me deshago del bombo y reinamos tú y yo juntitos?” Licurgo que era un tío majete y socio de Pro Vida se las apañó para convencer a su cuñadísima para que diera a luz al crío, con la promesa de deshacerse del bebé nada más nacer. Así, Licurgo engañó a su cuñada y protegió al niño que finalmente acabaría reinando el Estado lacedemonio, quedando Licurgo como tutor de la criatura. Sin embargo muchos pensaban que Licurgo acabaría con la vida del muchacho para así obtener el trono, para él solo, de modo que para evitar sospechas dijo “hasta luego Lucas” y se exilió. En sus viajes, Licurgo adoptó algunas de las leyes y formas de gobierno de los países que visitó, trasladándolas al gobierno de Esparta después. Sabemos que visitó Creta, Asia, Egipto, incluso España (no nos consta que de aquí adoptara la siesta, los toros y el tinto de verano)

Mientras tanto, Esparta era víctima del caos y el pueblo anhelaba la vuelta de Licurgo. Así, con las nuevas leyes debajo del brazo, Licurgo se acercó al oráculo de Delfos (el Rappel de la época) y mediante una más que probable suculenta suma de dinero, el oráculo aprobó el nuevo orden que fue legitimado por los dioses. Los espartanos que además de ingenuos eran muy devotos de San Apolo recibieron con entusiasmo el nuevo orden.




LA SOCIEDAD ESPARTANA

El corazón del nuevo orden constituido se centraba en la “Gran Retra” que para los espartanos significaba tanto como Messi para los barcelonistas. Legitimada desde lo alto, formaba la constitución espartana todas las formas de gobierno conocidas: Realeza, Asamblea Popular y el Consejo o Gerusia (especie de senado).

Realeza: Existía una monarquía dual cuyas funciones de uno y otro rey consistían en la dirección del ejército y la averiguación de la voluntad divina.

Consejo de Ancianos o Gerusia: elegidos por el pueblo por aclamación formaba este consejo 28 miembros mayores de 60 años más los dos reyes. Conservaban el cargo de por vida y sus funciones consistían en predeliberar las decisiones de la Asamblea Popular y tenían competencias jurídico-penales sobre todo en los procesos capitales. Los ancianos eran muy respetados por la sociedad espartana y tenían muy mala leche.

Asamblea Popular: incluía a cada ciudadano mayor de 30 años, aprobaba o rechazaba las propuestas y estaba excluida de la administración de justicia.

Con el tiempo de creó el eforato, encargado de proteger la constitución. El éforo era elegido por la Asamblea Popular por el espacio de un año y no podía ser reelegido. El cargo era accesible a cualquiera, recibían a los ministros, cursaban las resoluciones de guerra, velaban por el cumplimiento de las leyes y tenían competencias judiciales.

Los ciudadanos de pleno derecho de Esparta se llamaban espartiatas o homoioi, los “iguales”. Según Plutarco en sus Vidas Paralelas,  para ser un “igual” el espartano debía proceder de padre y madre espartiata. Cada recién nacido era examinado por un colegio de ancianos, si el bebé no presentaba ningún defecto físico o psíquico se le inscribía en la lista de ciudadanos y recibía un lote de tierras. Por desgracia, los niños que no pasaban el examen de aptitud eran abandonados a su suerte en un lugar inaccesible del monte Taigeto. (Esta importancia a la perfección física y racial volvería siglos después con el ascenso al poder de Hitler, que puso en marcha un plan para asesinar a miles de alemanes que padecían defectos físicos o psíquicos en pos de crear una nueva raza aria pura y sin defectos. En un próximo artículo hablaré sobre el Aktion t4, un proyecto nazi para la exterminación de estos enfermos)

 Cuenta Plutarco que las mujeres no lavaban a los niños con agua sino con vino a fin de fortalecer sus miembros. (No conocían las ventajas de untarse baba de caracol). Los niños, hasta la edad de 7 años podían jugar libremente y llevar una vida “relativamente familiar”, pero a los 8 años eran repartidos en clases donde comenzaba su educación, la Agogé, centrada en el fortalecimiento físico, resistencia y capacidad para soportar el hambre, el frío, el calor, la sed, los golpes y los dolores. Cuando dos críos peleaban, los ancianos metían cizaña y aleccionaban a los niños a darse de leches hasta que uno perdiera el sentido. Todas estas pruebas  servían para fortalecer el cuerpo e inculcar la obediencia y el ascetismo. Se corría en pelota picada, se dormía sobre ramas y cañas, sólo podían bañarse 2 o 3 veces al año y su comida era escasa, para que por sí mismos remediaran la penuria mediante el robo y el hurto. El robo estaba permitido y les hacía resueltos y habilidosos, sin embargo a aquel que era sorprendido en el hurto, se le aplicaba un buen correctivo por descuidado. Relata Plutarco que tal cuidado ponían los chicos en el robo que “uno que hurtó un zorrillo y lo ocultó debajo de la ropa, y despedazándole éste el vientre con las uñas y con los dientes, aguantó y se dejó morir por no ser descubierto..”

En el marco religioso existía una fiesta en honor a Artemisa vinculada a estos robos en la que muchos de estos jóvenes caían víctimas de los látigos.

Otra de las lecciones que recibían los jóvenes era a usar un lenguaje lacónico, esto es, a dar respuestas breves y concisas. La palabrería y charlatanería estaba castigada con un mordisco en el dedo pulgar (ya podían haber rezado si en aquella época hubiese vivido Ronaldinho). Cuando alguien preguntaba, la respuesta debía ser corta pero ingeniosa y contundente.

-¿Quién es el mejor de los espartanos?
-El que menos se parezca a ti.

Y es que el humor estaba muy presente en la vida de los espartanos, y los lacedemonios debían ser tolerantes y respetuosos tanto al gastar bromas como al recibirlas.

Durante su periodo de formación, el joven era asignado a un tutor, que además de entrenador podía llegar a ser su amante. Y es que tras años de acuartelamiento estos lugares eran un caldo de cultivo para la homosexualidad y la pederastia. 

A los 18 años los chicos ya habían pasado lo peor, no obstante seguían acuartelados hasta los 30 que es cuando adquirían el derecho de ciudadanía. Para poner en práctica lo aprendido, el nuevo espartiata se acreditaba con una especie de caza legal, llamada Kripteia en la  que los ilotas, es decir, los esclavos o sometidos eran asesinados en sus campos o sus casas de manera impune.

SYSSITIA. Una de las instituciones exigidas a los espartiatas era la de pertenecer a una syssitia o Sociedad gastronómica de hombres. En grupos de unos 15 comensales como mínimo, los espartanos solían celebrar diariamente banquetes comunes cuya participación era absolutamente obligatoria. El espartano contribuía a estos banquetes aportando mensualmente alimentos y dinero exigidos por el Estado. El precio era para todos el mismo. Sin embargo, en el momento que alguien no podía contribuir con la cuota exigida perdía automáticamente su status como “igual”. 

El número de comensales nunca variaba y en el momento que había una vacante, cualquier aspirante podía presentar su candidatura para formar parte de un grupo en particular. La elección se hacía cogiendo cada comensal un trozo de miga de pan y amasándola formaba una bola con ella, introduciéndola a continuación en una vasija de barro. Si no deseaba que el aspirante formara parte del grupo, cogía la miga de pan, la aplastaba con la mano y la introducía en la vasija. La votación debía ser unánime, así que un solo voto negativo echaba para atrás la candidatura del aspirante. 

En las syssitias no sólo se iba a comer, allí se hablaba de política, se gastaban bromas y se cultivaba la vida social. La comida ofrecida consistía en pan de cebada, queso, higos, caza o la famosa sopa negra, una sopa a base de sangre y carne de cerdo que según algunos autores tendría un sabor similar a nuestra morcilla actual. A veces emborrachaban a los esclavos para enseñar a los jóvenes las consecuencias de beber demasiado y así cultivar la moderación.

ILOTAS Y PERIECOS. En una sociedad extremadamente militarizada obviamente no dejaba tiempo para trabajar en otra clase de oficios, entonces ¿Quién procuraba el sustento de los espartanos? La población espartana estaba dividida en tres estratos. La parte más pequeña la constituía los ciudadanos de pleno derecho; una parte libre pero sin derechos civiles la formaba los periecos; por último los ilotas, que eran los siervos, formaban el grupo más grande. Hay que recordar que cuando los lacedemonios ocuparon las fértiles tierras de Laconia y Mesenia en el Peloponeso sometieron a la población local y la relegaron al status de siervos o esclavos, ilotas “conquistados o capturados”.

Los ilotas trabajaban las tierras de los espartiatas como esclavos estatales y de su trabajo entregaban una parte elevada a sus amos. El gran número de esclavos era de enorme preocupación para Esparta, por eso cada año los éforos declaraban la guerra a los ilotas, de modo que éstos podían ser matados como forajidos.
Los periecos “habitantes de los alrededores” pertenecían a la tribu de los dorios y hablaban el dialecto de los espartanos. Pagaban tributos regularmente y eran llamados a filas, pero no poseían ninguna clase de derechos políticos en Esparta. Trabajaban en los oficios vedados a los espartanos, tales como el comercio, los negocios o la artesanía.

MATRIMONIO. El matrimonio no sólo era un derecho sino una obligación. Según Plutarco la boda consistía en un rapto de la novia. Ésta era entregada a una madrina que la rapaba el pelo al cero y la vestía con ropa y zapatos de hombre sin pasar previamente por pronovias, la recostaba en un cuarto sola y sin luz, entonces llegaba el novio que sin presentación previa y sin una mala rosa que ofrecer…aquí te pillo, aquí te mato. Una vez consumado el acto sexual, el “romántico” esposo se excusaba diciendo que iba a por tabaco y no volvía hasta que volvía a allegarse a ella a la siguiente noche. Dice Plutarco que muchas parejas tenían incluso hijos antes de verse las caras a plena luz del día.

Los hijos en Esparta eran un bien muy valioso y el Estado incentivaba a las familias prolíficas. A fin de mejorar la casta, muchos ancianos permitían que los jóvenes se acostaran con sus esposas para asegurar que los hijos nacidos fuesen fuertes y robustos. Cualquier espartano enamorado de la esposa de otro podía pedir a éste la oportunidad de gozar de ella. Y es que el adulterio no existía en Esparta, es más, en Esparta estaba permitida la poliandria, esto es, las mujeres podían tener más de un marido. En una ocasión un forastero preguntó sobre el adulterio en Esparta “entre nosotros oh huésped, no los hay”- “¿y en el caso de que los hubiese?”- “pagan un toro tan grande , que por encima del monte Taigeto beba del Eurotas.”- “¿Cómo puede haber buey tan grande?”- “¿y como puede haber un adúltero en Esparta?”-

No casarse estaba mal visto por la sociedad y sujeto a multas muy graves. La base en la que se apoyaba Esparta eran los hijos y cuando alguien no contraía matrimonio ni producía nuevos soldaditos no era bien mirado por el resto. En una ocasión un anciano solterón reprochó a un joven que no le cediera un asiento.
-¿Por qué no me cedes ese asiento?
-Porque tú no dejas un hijo que me lo ceda a mi. 

EJÉRCITO.





El nuevo orden de Esparta se apoyaba en la formación de combate de los guerreros espartanos. Una línea de batalla compuesta por soldados de armamento pesado (hoplitas) intentaba en formación cerrada, hacer retroceder al enemigo con todo el peso de su masa. Dado que no tenían otra cosa que hacer que entrenarse y ejercitarse, los espartanos eran muy superiores a cualquier otro ejército. Así, el escaso número de combatientes espartanos era compensado con su extraordinaria fuerza y habilidad para la guerra. Formada la falange, y estando a la vista del enemigo, el rey hacía un sacrificio y ordenaba a los flautistas que tañesen el aire de Cástor y también daban el himno de embestir. Con semblante dulce y alegre marchaba el ejército atraído por el peligro. Vencido el enemigo, era perseguido hasta asegurar bien la victoria. Perdonaban a los que se rendían y acababan con los obstinados. En el siglo V a.C. había unos 8000 hoplitas espartiatas capacitados para llevar armas, pero su número fue descendiendo paulatinamente y en el siglo IV quedaban 2000 o 3000. Así, se requería la ayuda de periecos e ilotas puestos en libertad, e incluso de mercenarios.

Los espartanos eran muy religiosos y dependían totalmente de la voluntad divina para cualquier acto, así que si el  oráculo restringía la participación a una batalla, los espartanos no acudían a ella. Antes de entrar en combate, los lacedemonios cumplían varios rituales que les preparaba para entrar en el más allá si acababan muertos. Cuidaban con mimo su cuerpo, embadurnándolo con aceite y el cabello largo recogiéndolo en trenzas.

Hay que aclarar que en la batalla de las Termópilas, si bien merece el reconocimiento que la historia les ha brindado a estos 300 nobles guerreros, no podemos olvidar a los combatientes aliados que se sacrificaron en ese campo de batalla. A los 300 espartiatas habría que añadirle varios centenares de tespios, arcadios, tebanos, corintios, etc. hasta formar un ejército de unos 7000 hombres aproximadamente, contra un ejército de  unos 250,000 efectivos. Así que debemos desterrar la idea de que solo 300 hombres se enfrentaron a 2,500,000 enemigos (fuentes según Heródoto)

También habría que desterrar la idea de ese rey Jerjes con aires de Dios megalómano y egocéntrico. Muchas de las noticias que nos han llegado sobre el rey persa están basadas en crónicas griegas o la poco fidedigna película 300 que no le deja en muy buen lugar, pero si hacemos una comparación con otras fuentes, por ejemplo la biblia, vemos a un personaje totalmente diferente. De acuerdo con la mayoría de los eruditos, el rey Jerjes es mencionado en las Sagradas Escrituras como el rey Asuero, esposo de Ester y salvador del pueblo de Israel cuando por decreto los hebreos iban a ser exterminados. En cierto modo, podríamos decir que gracias a Jerjes el nacimiento de Jesucristo fue posible unos siglos después.
La batalla de Platea certificó la superioridad espartana sobre los persas, y su hegemonía sobre los griegos en la Guerra del Peloponeso, muy bien documentada por el historiador Tucídides.  

MUJERES. Las mujeres espartanas tenían fama en toda Grecia por su belleza y por ser parte importante de la sociedad espartana. Hay que recordar que la guerra de Troya fue causada por la hermosa Helena de Esparta. 

Aunque parezca mentira, la formación de las mujeres en Esparta era igual de esmerada que la de los hombres y se las instruía en los mismos ejercicios y habilidades que a los muchachos y lo hacían desnudas. Pero además eran excelentes administradoras y eran parte fundamental para el buen funcionamiento de las posesiones familiares. Y es que como los hombres pasaban mucho tiempo fuera, las mujeres eran las encargadas de levantar la economía de la ciudad y del hogar. Se podría decir que si no fuera por las mujeres, la sociedad espartana no habría podido sobrevivir tanto tiempo. El carácter de las espartanas era legendario y en más de una ocasión los extranjeros quedaron asombrados ante la inteligencia  de estas mujeres.

-¿Por qué las mujeres de Esparta mandan sobre los hombres?
-Porque las mujeres espartanas somos las únicas que parimos hombres.

-Los espartanos no preguntan cuantos son sus enemigos, sino donde están.

-Hijo, ve a luchar por Esparta y vuelve con tu escudo o sobre él.

Solo a los hombres y mujeres que hubiesen dado su vida por Esparta tenían derecho a un epitafio y eran venerados tras su muerte. Algunas mujeres mujeres espartanas solían morir en los partos. 

Aunque las mujeres no estaban representadas en las instituciones políticas su influencia en las decisiones de los hombres era más que patente y deliberaban en los asuntos más importantes, lo cual nos enseña que aunque no eran partícipes de las asambleas podían asistir a estas y emitir su parecer. La que habrían liado allí Cospedal o Aguirre. También asumieron funciones religiosas como sacerdotisas preparando el culto a Deméter y Artemisa.

La discriminación de las otras poleis respecto a la participación de las mujeres en las olimpiadas no fue excusa para que algunas espartanas ganaran premios olímpicos en carreras de carros. No como guías sino como dueñas de los caballos vencedores. 

El final de Esparta no tardaría en llegar. En un estado militarizado y discriminatorio con el tiempo fue quedándose sin efectivos y obligado a bajar sus estándares.  La primera derrota realmente dolorosa fue contra Tebas en la batalla de Leuctra en 371 a.C. Más tarde, Alejandro Magno y el Imperio Romano dominarían toda Grecia y la influencia de Esparta fue disminuyendo. En el 192 d.C Esparta tuvo que renunciar a las leyes de Licurgo. En el 395 sufrió el saqueo y destrucción de los visigodos y en el 1248 la ocupación de los francos. En 1834 fue construida la Esparta moderna.






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