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sábado, 2 de abril de 2016

HISTORIA FAMILIAR Y GENEALOGÍA (I)


La historia de nuestra vida es la historia de nuestros antepasados y la vida de nuestros ancestros es la propia historia en sí misma. No podemos entender nuestra misma existencia si rompemos con el vínculo que nos une a nuestros antepasados. El hecho de que vivamos en el presente es consecuencia de que alguien en el pasado vivió, luchó y murió para legarnos un futuro.

Mientras lees estas líneas, medita y recapacita sobre cuan afortunado eres de vivir en esta época de comodidades, grandes avances tecnológicos y diversidad de oportunidades. A lo largo de la historia millones de linajes y apellidos han desaparecido, quedando relegados al más absoluto olvido y silencio. Familias enteras han sido víctimas de guerras, hambres y epidemias, rompiendo de esta manera, la cadena que une el pasado con la continuidad del futuro. Somos herederos del legado más importante de todos, que es la vida misma. Cierra los ojos y piensa solo por un momento en los desafíos y las pruebas que tus ancestros tuvieron que afrontar para que hoy puedas disfrutar de ese estado de bienestar.

La Historia Familiar es más que el mero hecho de buscar el nombre de un antepasado. Es una historia de amor, un vínculo entre dos corazones, el nuestro y el de cada uno de nuestros antepasados. Sin ese vínculo nuestra historia familiar nunca estará completa. En las sagradas escrituras podemos leer lo siguiente.

“He aquí, yo os envío a Elías el profeta antes de que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.” Malaquías 4:5-6

Muchos creen que la genealogía y la Historia Familiar puede resultar una tarea difícil y agotadora, y al principio puede serlo, pero a medida que se va cogiendo experiencia el trabajo se convierte en una experiencia única y edificante. Y es que como dijo Ralph Waldo Emerson “Aquello en lo cual perseveramos se vuelve más fácil de realizar, no porque su naturaleza haya cambiado, sino porque nuestra capacidad para realizarlo ha aumentado”


Permíteme enseñarte como a través del estudio, la meditación y mi propia experiencia personal, la genealogía y la Historia Familiar puede cambiar tu vida por completo.  Es nuestro privilegio y gran oportunidad llevarlo a cabo.

EL MUNDO EN EL QUE VIVIMOS

En la actualidad vive en el mundo unos 6,700 millones de habitantes. Se calcula que a lo largo de la historia de la humanidad nuestra tierra ha acogido la no poco despreciable cantidad de unos 110,000 millones de seres humanos aproximadamente. No obstante,  esta cifra solo supone una estimación y es susceptible de revisión ya que actualmente no disponemos de cifras exactas respecto a la natalidad y número de habitantes que vivieron en el mundo antiguo. Además se parte de una fecha base de 162,000 años, con lo cual existen controversias entre los que defienden la teoría evolutiva del ser humano, y los creacionistas, que recortan de manera considerable el periodo en el que hace aparición el ser humano en la tierra, disminuyendo el número de habitantes nacidos en el mundo.

Esto hace que nos planteemos inicialmente la cuestión sobre la edad real de la Tierra y la aparición de nuestros primeros progenitores.

De acuerdo con los estudios realizados por astrónomos y científicos de varias universidades, se ha estimado que la Tierra tiene unos 4500 millones de años. Estos estudios están basados en el análisis del impacto de los choques de otros cuerpos con la Tierra.

La corriente creacionista fue firmemente defendida en el siglo XVII por el arzobispo de Armagh (Irlanda), James Ussher, que en su libro Los anales del mundo y basándose en las generaciones reflejadas en la biblia, fijó la fecha de la creación de la Tierra en el 23 de octubre del 4004 antes de Cristo. Tales afirmaciones suscitaron un intenso debate y se llegó incluso a aportar nuevos datos. El Dr. Lightfoot de la universidad de Cambridge llegó a precisar que la creación se produjo a las 9 de la mañana de ese mismo día.

Lo cierto es que la creencia de que la Tierra solo tiene 6000 años de antigüedad, no solo encajó perfectamente en aquella época, sino que aún hoy en día sigue siendo bandera de muchos creyentes.

Siguiendo la corriente creacionista, son muchos los que creen, basándose en la doctrina de que un día para Dios representa mil años en la Tierra, que nuestro mundo tiene una edad de 13,000 años. Así, a los 7,000 años del periodo de la creación, se sumarían los 4,000 años que van desde la caída de Adán hasta el nacimiento de Jesucristo y de este hasta nuestros días, 2016 años más.

Aún existe una tercera corriente creacionista que admite y acepta la datación aportada por la ciencia, pero siempre atribuyendo la creación a un dios todopoderoso. Y es que gracias a los modernos métodos de datación, podemos conocer de una manera relativamente  precisa la edad de la Tierra.

Sin embargo, esto no nos ayuda a conocer de primera mano el número exacto de seres humanos que han vivido en este mundo, ya que el concepto de Ser humano difiere entre creacionistas y  evolucionistas.  Aún entre los propios evolucionistas existen divergencias insalvables. Así, el concepto de Hombre es diferente para los paleoantropólogos y los prehistoriadores. Para los primeros, ese concepto tiene su inicio a principios del Terciario, hace unos 70 millones de años, cuando aparece la especie purgatorius, un pequeño animal con cerebro poco desarrollado considerado como el primer primate. Otros situarían nuestro origen hace unos 6 o 7 millones de años. Para los prehistoriadores sin embargo, se considera Hombre cuando hace su aparición el llamado Homo habilis e inventa la herramienta, entre 2,4 y 1,8 millones de años. A partir de ahí llegaría el Homo Erectus con todas sus variantes, extinguiéndose aproximadamente hace unos 127,000 años.
ÁRBOL FILOGENÉTICO EN EL QUE SE MUESTRA LA EVOLUCIÓN DE LA ESPECIE HOMO

Posteriormente dominaría el mundo el Homo  Neanderthalensis con una capacidad craneal superior incluso al del hombre moderno, estatura baja (165 cm.), pero con fuertes inserciones musculares.
Y por fin, hace unos 40,000 años llega a Europa el Homo Sapiens Sapiens u hombre moderno, tal cual lo conocemos hoy. Durante más de 10,000 años, el hombre moderno convivió pacíficamente con la especie neandertal. No se conoce a ciencia cierta que causó la extinción de los neandertales, pero sí sabemos que su desaparición no fue causada por una guerra de exterminio entre las dos especies. Probablemente, la especie dominante, es decir la nuestra, fue conquistando los espacios productivos que antaño explotaban los neandertales y que estos quedaran poco a poco aislados  hasta que  fueron quedando relegados en pequeños grupos, desapareciendo al poco por completo. Se ha propuesto incluso la posibilidad de que brotara una epidemia mortal que solo afectaría  a esta especie destruyéndola por completo, o que su tasa de natalidad fuera más baja que la del homo sapiens.

De todos modos y refiriéndonos a España, la llegada de los Homo sapiens a la península se hace a un territorio que está prácticamente  libre de unos neandertales ya extintos.

Sea como fuere e independientemente de las corrientes aceptadas, la población histórica mundial que ha vivido en esta tierra se podría cifrar en torno a los 70/120,000 millones de habitantes. Estos números están basados en una curva de crecimiento exponencial interpolada entre cálculos de referencia de datos relacionados con el tamaño de la población mundial. Se calculan las tasas de nacimiento, la esperanza de vida, etc. Sin embargo, al problema sobre qué se considera humano, se hace harto complicado fijar una cifra exacta ya que los primeros datos estadísticos solo existen desde hace un par de siglos, y muchos eran los escapaban a los censos, para evitar los tan odiados impuestos. Además, resulta demoledor el dato que apunta a que probablemente al menos un 40% de los habitantes de este mundo, falleció antes de cumplir el año de existencia.

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