La
historia de nuestra vida es la historia de nuestros antepasados y la vida de
nuestros ancestros es la propia historia en sí misma. No podemos entender
nuestra misma existencia si rompemos con el vínculo que nos une a nuestros antepasados.
El hecho de que vivamos en el presente es consecuencia de que alguien en el
pasado vivió, luchó y murió para legarnos un futuro.
Mientras
lees estas líneas, medita y recapacita sobre cuan afortunado eres de vivir en esta
época de comodidades, grandes avances tecnológicos y diversidad de oportunidades. A lo largo de la historia
millones de linajes y apellidos han desaparecido, quedando relegados al más
absoluto olvido y silencio. Familias enteras han sido víctimas de guerras,
hambres y epidemias, rompiendo de esta manera, la cadena que une el pasado con
la continuidad del futuro. Somos herederos del legado más importante de todos,
que es la vida misma. Cierra los ojos y piensa solo por un momento en los
desafíos y las pruebas que tus ancestros tuvieron que afrontar para que hoy puedas
disfrutar de ese estado de bienestar.
La
Historia Familiar es más que el mero hecho de buscar el nombre de un
antepasado. Es una historia de amor, un vínculo entre dos corazones, el nuestro
y el de cada uno de nuestros antepasados. Sin ese vínculo nuestra historia
familiar nunca estará completa. En las sagradas escrituras podemos leer lo
siguiente.
“He aquí, yo os envío a Elías el
profeta antes de que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres
hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo
venga y hiera la tierra con maldición.” Malaquías 4:5-6
Muchos
creen que la genealogía y la Historia Familiar puede resultar una tarea difícil
y agotadora, y al principio puede serlo, pero a medida que se va cogiendo
experiencia el trabajo se convierte en una experiencia única y edificante. Y es
que como dijo Ralph Waldo Emerson “Aquello en lo cual perseveramos se vuelve
más fácil de realizar, no porque su naturaleza haya cambiado, sino porque
nuestra capacidad para realizarlo ha aumentado”
Permíteme
enseñarte como a través del estudio, la meditación y mi propia experiencia
personal, la genealogía y la Historia Familiar puede cambiar tu vida por completo. Es nuestro
privilegio y gran oportunidad llevarlo a cabo.
EL
MUNDO EN EL QUE VIVIMOS
En
la actualidad vive en el mundo unos 6,700 millones de habitantes. Se calcula
que a lo largo de la historia de la humanidad nuestra tierra ha acogido la no
poco despreciable cantidad de unos 110,000 millones de seres humanos
aproximadamente. No obstante, esta cifra
solo supone una estimación y es susceptible de revisión ya que actualmente no
disponemos de cifras exactas respecto a la natalidad y número de habitantes que
vivieron en el mundo antiguo. Además se parte de una fecha base de 162,000
años, con lo cual existen controversias entre los que defienden la teoría
evolutiva del ser humano, y los creacionistas, que recortan de manera
considerable el periodo en el que hace aparición el ser humano en la tierra,
disminuyendo el número de habitantes nacidos en el mundo.
Esto hace que nos planteemos
inicialmente la cuestión sobre la edad real de la Tierra y la aparición de
nuestros primeros progenitores.
De acuerdo con los estudios
realizados por astrónomos y científicos de varias universidades, se ha estimado
que la Tierra tiene unos 4500 millones de años. Estos estudios están basados en
el análisis del impacto de los choques de otros cuerpos con la Tierra.
La corriente creacionista
fue firmemente defendida en el siglo XVII por el arzobispo de Armagh (Irlanda),
James Ussher, que en su libro Los anales del mundo y basándose en las
generaciones reflejadas en la biblia, fijó la fecha de la creación de la Tierra
en el 23 de octubre del 4004 antes de Cristo. Tales afirmaciones suscitaron un
intenso debate y se llegó incluso a aportar nuevos datos. El Dr. Lightfoot de la universidad de Cambridge
llegó a precisar que la creación se produjo a las 9 de la mañana de ese mismo
día.
Lo cierto es que la creencia
de que la Tierra solo tiene 6000 años de antigüedad, no solo encajó
perfectamente en aquella época, sino que aún hoy en día sigue siendo bandera de
muchos creyentes.
Siguiendo la corriente creacionista, son muchos los que creen, basándose en la doctrina de que un día para Dios representa mil años en la Tierra, que nuestro mundo tiene una edad de 13,000 años. Así, a los 7,000 años del periodo de la creación, se sumarían los 4,000 años que van desde la caída de Adán hasta el nacimiento de Jesucristo y de este hasta nuestros días, 2016 años más.
Aún existe una tercera corriente creacionista que admite y acepta la datación aportada por la ciencia, pero siempre atribuyendo la creación a un dios todopoderoso. Y es que gracias a los modernos métodos de datación, podemos conocer de una manera relativamente precisa la edad de la Tierra.
Sin embargo, esto no nos
ayuda a conocer de primera mano el número exacto de seres humanos que han
vivido en este mundo, ya que el concepto de Ser humano difiere entre
creacionistas y evolucionistas. Aún entre los propios evolucionistas existen
divergencias insalvables. Así, el concepto de Hombre es diferente para los
paleoantropólogos y los prehistoriadores. Para los primeros, ese concepto tiene
su inicio a principios del Terciario, hace unos 70 millones de años, cuando
aparece la especie purgatorius, un
pequeño animal con cerebro poco desarrollado considerado como el primer
primate. Otros situarían nuestro origen hace unos 6 o 7 millones de años. Para
los prehistoriadores sin embargo, se considera Hombre cuando hace su aparición el
llamado Homo habilis e inventa la herramienta, entre 2,4 y 1,8
millones de años. A partir de ahí llegaría el Homo Erectus con todas sus variantes, extinguiéndose aproximadamente
hace unos
127,000
años.
ÁRBOL FILOGENÉTICO EN EL QUE SE MUESTRA LA EVOLUCIÓN DE LA ESPECIE HOMO |
Posteriormente dominaría el
mundo el Homo Neanderthalensis con una capacidad craneal
superior incluso al del hombre moderno, estatura baja (165 cm.), pero con fuertes
inserciones musculares.
Y por fin, hace unos 40,000
años llega a Europa el Homo Sapiens
Sapiens u hombre moderno, tal cual lo conocemos hoy. Durante más de 10,000
años, el hombre moderno convivió pacíficamente con la especie neandertal. No se
conoce a ciencia cierta que causó la extinción de los neandertales, pero sí
sabemos que su desaparición no fue causada por una guerra de exterminio entre
las dos especies. Probablemente, la especie dominante, es decir la nuestra, fue
conquistando los espacios productivos que antaño explotaban los neandertales y
que estos quedaran poco a poco aislados hasta que fueron quedando relegados en pequeños grupos,
desapareciendo al poco por completo. Se ha propuesto incluso la posibilidad de
que brotara una epidemia mortal que solo afectaría a esta especie destruyéndola por completo, o
que su tasa de natalidad fuera más baja que la del homo sapiens.
De todos modos y refiriéndonos
a España, la llegada de los Homo sapiens a
la península se hace a un territorio que está prácticamente libre de unos neandertales ya extintos.
Sea como fuere e
independientemente de las corrientes aceptadas, la población histórica mundial que
ha vivido en esta tierra se podría cifrar en torno a los 70/120,000 millones de
habitantes. Estos números están basados en una curva de crecimiento exponencial
interpolada entre cálculos de referencia de datos relacionados con el tamaño de
la población mundial. Se calculan las tasas de nacimiento, la esperanza de vida,
etc. Sin embargo, al problema sobre qué se considera humano, se hace harto
complicado fijar una cifra exacta ya que los primeros datos estadísticos solo
existen desde hace un par de siglos, y muchos eran los escapaban a los censos,
para evitar los tan odiados impuestos. Además, resulta demoledor el dato que
apunta a que probablemente al menos un 40% de los habitantes de este mundo,
falleció antes de cumplir el año de existencia.
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