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domingo, 26 de junio de 2016

HISTORIA DE AMÉRICA. EL DESCUBRIMIENTO

Retrato de Cristóbal Colón

Aunque América ya era conocida por algunos pueblos como el vikingo (arribaron a las tierras de Terranova y era conocida como Vinland) fue el viaje de Cristóbal Colón el que conectó este continente con el viejo mundo. 

CRISTÓBAL COLÓN

Colón nació en Génova entre el 25 de agosto y el 31 de octubre de 1451. Cristóbal  era hijo de un tejedor genovés y desde muy joven estaba obsesionado con el mar. En 1501 diría "De muy pequeña edad entré en la mar navegando, e lo he continuado fasta hoy... Ya pasan de cuarenta años que yo voy en este uso. Todo lo que fasta hoy se navega, todo lo he andado.

De acuerdo con la descripción que nos da Bartolomé de las Casas 
"fue de alto cuerpo, más que mediano;el rostro luengo y autorizado; la nariz aguileña; los ojos garzos; la color blanca, que tiraba a rojo encendido; la barba y cabellos, cuando era mozo, rubios, puesto que muy presto con los trabajos se le tornaron canos. Era gracioso y alegre, bien hablado, y, según dice la susodicha historia portuguesa, elocuente y glorioso, dice ella, en sus negocios. Era grave con moderación, con los extraños afables, con los de su casa suave y placentero, con moderada gravedad y discreta conversación, y así podía provocar los que le viesen fácilmente a su favor. Finalmente, representaba en su presencia y aspecto venerable persona de gran estado y autoridad y digna de toda reverencia. Era sobrio y moderado en el comer y beber, vestir y calzar...era católico y de mucha devoción; cuasi en cada cosa que hacía y decía o quería comenzar a hacer, siempre anteponía "En el nombre de la Santísima Trinidad haré esto..." ayunaba los ayunos de la Iglesia observantísimamente; confesaba muchas veces y comulgaba; rezaba todas las horas canónicas como los eclesiásticos o religiosos; enemicísimo de blasfemias y juramentos; era devotísimo  de Nuestra Señora y del seráfico padre San Francisco...fue varón de grande ánimo, esforzado, de altos pensamientos...paciente y muy sufrido, perdonador de las injurias, y que no quería otra cosa, según del se cuenta, sino que conociesen los que le ofendían sus errores, y se le conciliasen los delincuentes. Constantísimo y adornado de longanimidad de los trabajos y adversidades que le ocurrieron siempre, las cuales fueron increibles e infinitas, teniendo siempre gran confianza de la Providencia Divina."

Su escuela y universidad fueron las naves genovesas, primero como grumete y a la edad de 22 años ya tenía responsabilidades de mando. Además del comercio, Colón estuvo involucrado en algún combate bélico contra el rey de Aragón, participando por ejemplo, en el asedio de Barcelona de 1472 a favor de la dinastía francesa de los Anjou. Se especula con la posibilidad de que participara en actividades de corsario. 

Poco se sabe sobre los 10 años que estuvo en Portugal. Se casó con la noble portuguesa Felipa Moñiz y realizó actividades comerciales realizando frecuentes viajes a Madeira, Azores y Canarias. 

Fue entre los años 1477 y 1480 que recibió como él definiría más tarde, una revelación de Dios: "Me abrió Nuestro Señor el entendimiento con mano palpable a que era hacedero navegar de aquí a las Indias y me abrió la voluntad para la ejecución de ello. Y con este fuego vine a Vuestras Altezas.

Se ha especulado mucho sobre este episodio. Algunos creen que Colón había recibido información privilegiada de "alguien" que conocía de primera mano el lugar a donde debía viajar. Y es que el almirante aunque tenía probada experiencia  en el mar, era limitado en la parte teórica, por lo que cobra peso la teoría de que el descubridor poseía información precisa para su viaje. Con su proyecto en mente, Cristóbal Colón decidió encontrar un mecenas que patrocinara su viaje.

Era una época de grandes descubrimientos cartográficos, tecnológicos y geográficos, donde los portugueses llevaban ventaja a España al abrir nuevas rutas comerciales que conectaban con Oriente. España venía de conquistar las islas Canarias, que era prolongación a su vez de la reconquista peninsular y al mismo tiempo, campo de pruebas de la conquista americana, donde se pusieron a prueba muchas de las instituciones que serían vitales para el buen gobierno de esos vastos territorios conocidos como las Indias.

Así, La necesidad de buscar nuevas rutas hacia oriente que desembocara en la expansión Atlántica hizo que Colón presentara una nueva ruta por el Oeste. Sin embargo, sus cálculos para alcanzar Japón eran erróneos. Colón creía que desde las Canarias hasta la antigua Cipango, atravesando el Mare Ignotus, había unos 3700 kilómetros de distancia, cuando en realidad son 19600. ¿Por qué Colón había calculado tan mal tales distancias? Cristóbal Colón afirmaba que los continentes cubrían una parte del mundo mayor que la extensión de los mares en sentido longitudinal. Colón se justificaba a través de Toscanelli, en una carta que este había mandado al confesor del rey de Portugal, alegando que la distancia que separaba Cabo Verde de las tierras del Gran Kan era, aproximadamente, un tercio de la esfera terrestre. Colón reducía aún más esa distancia. Además, daba al Ecuador unas dimensiones inferiores a las reales. Si Colón conocía la grandísima distancia  entre América y Europa, por razones obvias tuvo que callar. El almirante tenía presente, como decía el poeta acerca del sol "al desaparecer todos los días, iba a alumbrar a otros países que esperaban su regreso." No obstante, cuando llevó el proyecto a Portugal, los cosmógrafos del rey se dieron cuenta de los cálculos erróneos y el proyecto se rechazó.

Tras varios intentos fallidos de conseguir financiación para su empresa, finalmente Cristóbal Colón  encontró su mecenas particular, los Reyes Católicos. A Colón se le llenaba la boca hablando de las riquezas de la India y de "un príncipe que es llamado Gran Can". Colón apelaba a la condición muy católica de los reyes para que le erigieran a él mismo en embajador y portador del cristianismo entre los príncipes de oriente a los que había que evangelizar. En un principio, los reyes le dieron largas, ya que estaban ocupados con la guerra de Granada y ese era su principal problema en aquel momento.

A mediados del siglo XV, la Península andaba revuelta con varios frentes abiertos. En todas partes había discordia y todo parecía que iba a hundirse y hacerse trozos. Fue entonces cuando aparecieron las figuras de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, dos monarcas que habían sido llamados a reinar, no por voluntad divina como antaño hicieron tradicionalmente otros reyes peninsulares. La voluntad popular fue la que les llevó a regir los destinos de los reinos españoles. La una fue legitimada a través de una asamblea revolucionaria, y el otro obtuvo su legitimación a través del Parlamento de Caspe, que años atrás dio la corona de Aragón a Fernando de Castilla, el de Antequera. El matrimonio entre Fernando e Isabel y su lema "Tanto Monta, Monta Tanto" indicaba que estaban destinados a ser artífices de grandes cosas  y de la unidad de España.

Colón tuvo sus detractores, pero también personas que  defendieron su proyecto a muerte, como el Duque de Medinaceli, pero ante todo en el ámbito religioso. ¿Es posible que ese secreto que guardaba Colón celosamente, lo transmitiera a estos religiosos que tan vehemente defendían su proyecto? todo indica que sí, ya que bajo secreto de confesión, Colón se aseguraba de que su secreto no saliera a la luz. 7 años después, tras la conquista de Granada, los reyes dieron oído a la propuesta de Colón y finalmente financiaron el proyecto, a pesar de que la comisión encargada de su estudio la echara inicialmente para atrás. 

¿Qué habría ocurrido si los reyes se hubiesen echado atrás? Muchos creen que Colón habría presentado su proyecto a otras monarquías interesadas, pero sabemos que el Duque de Medinaceli estuvo a punto de financiar el proyecto antes de que los Reyes Católicos dieran el sí definitivo. Por tanto, el viaje habría sido igualmente subvencionado en España.  

En el campamento militar de Santa Fe, en Granada, tuvo lugar las llamadas capitulaciones donde se recogió por contrato, las cláusulas del viaje. Entre las peticiones que Colón hizo a los reyes en estas capitulaciones, existe un párrafo que suele pasar inadvertido para muchos. Vamos a verlo. 
"Vuestras Altezas dan e otorgan a don Cristóbal Colón en alguna satisfacción de lo que ha descubierto en las Mares Océanas y del viaje que agora, con el ayuda de Dios ha de fazer por ellas en servicio de Vuestras Altezas, son las que siguen."

¿Por qué Colón utiliza la frase de lo que ha descubierto y no de lo que ha de descubrir? es obvio que Colón se está atribuyendo el descubrimiento de unas tierras a las que aún no había viajado cristiano alguno, ya que solo se podía reclamar tierras en las que la Iglesia no tuviera presencia. Así que una vez más, Colón sabía perfectamente donde iba y parece que tuvo que contar su secreto a los reyes, que aceptaron presto, pues no se entiende el esfuerzo económico que estos hicieron, con testimonios en contra  de expertos técnicos y cosmógrafos de la Corte.



La actual ciudad de Santa Fe en Granada, acogió el encuentro entre Cristóbal Colón y los Reyes Católicos, donde firmaron las famosas capitulaciones que llevarían al descubrimiento de América.


EL VIAJE

El primer viaje zarpó de Palos de Moguer, el 3 de agosto de 1492 y costó 2 millones de maravedíes. La corona  aportó algo más de la mitad y el resto lo afrontó el propio Colón y la villa de Palos, que puso tres embarcaciones formadas por dos carabelas, la Pinta y la Santa Clara, más conocida como la Niña, pues su dueño se llamaba Juan Niño y curiosamente se embarcaría en el proyecto como simple marinero y no como propietario de la embarcación.  Las naves estuvieron comandadas por los hermanos Martín y Vicente Pinzón y la nave capitana, una nao, la Santa María, a la que llamaban la Gallega, propiedad de Juan de la Cosa, por el propio Colón. Las tripulaciones contaban aproximadamente con unos 25 hombres en cada embarcación.

De acuerdo con el diario de a bordo, en la escala que había de hacer en Canarias, Colón quiso sustituir a la Pinta por otra embarcación ya que su timón se había averiado. Finalmente fue reparado y además se sustituyó el velamen latino de la Niña por otro cuadrado. El 6 de septiembre de 1492 partió del puerto de la Gomera.

El diario nos cuenta que en los días posteriores, Colón, que anotaba la distancia recorrida a diario, "acordó contar menos de las que andava, porque, si el viaje fuese luengo, no se espantase y desmayase la gente"

Es curioso, pero durante el tiempo que duró la travesía, las naves divisaron toda suerte de pájaros que daba esperanza a los marineros de hallar tierra y que quizás ayudó a que no se amotinaran antes.

"14 de septiembre "dixeron los de la caravela Niña que avían visto un garxao (o garjao, ave marina de tamaño menor que la gaviota de alas blancas) y un rabo de junco (ave tropical marina de mediano tamaño, brillante, de larga cola) y estas aves nunca se apartan de tierra cuando más veinticinco leguas"


17 de septiembre "Vieron muchas toninas...Dize aquí el almirante que aquellas señales eran del Poniente...En aquella mañana dize que vido una ave blanca..."

20 de septiembre "Vinieron a la nao dos alcatraces y después otro, que fue señal de estar cerca de tierra...tomaron un pájaro con la mano, que era como garjao, era pájaro de río y no de mar...en amaneciendo, dos o tres paxaritos de tierra cantando, y después, antes del sol salido, desaparecieron...estas aves duermen en tierra...y no se alexan más de veinte leguas."

23 de septiembre "Vieron una tórtola y un alcatraz y otro paxarito de río y otras aves blancas"

24 de septiembre "Vino al navío un alcatraz y vieron muchas pardelas"

27 de septiembre "Vieron un rabo de junco"

29 de septiembre "Vieron un ave que se llama rabiforçado...(o rabihorcado, ave marina grande de pico largo y plumaje negro) pero no posa en el mar ni se aparta de tierra veinte leguas. Despues vieron dos alcatraces. Parecieron después en tres vezes tres alcatraces y un forçado"

30 de septiembre " Vinieron al navío cuatro rabos de junco, que es gran señal de tierra, porque tantas aves de una naturaleza juntas es señal que no andan desbandadas ni perdidas....Viéronse cuatro alcatraces en dos vezes.."

4 de octubre "Vinieron al navío más de cuarenta pardales juntos y dos alcatraces...Vino a la nao un rabiforçado y una blanca como gaviota"

5 de octubre "aves pardelas muchas, peces golondrinos volaron en la nao muchos"

El 6 de octubre toda la tripulación empieza a alarmarse. Por la noche, los marineros se amotinan y los Pinzones apoyan a Colón, amenazando a los amotinados.

8 de octubre "muchos paxaritos de campo...grajaos y ánades y un alcatraz"


El 10 de octubre los marineros ya no aguantaban más y se quejaron del largo viaje. Además, la comida y el agua estaban pudriéndose. Colón tuvo de esforzarse mucho para convencerlos, incluso a los Pinzón, con la promesa de grandes riquezas y pingües beneficios y con la promesa de volver si en 3 días no hallaban tierra. Estaba seguro de que el Señor guiaba esa empresa.

11 de octubre "Vieron pardelas y un junco verde junto a la nao". Durante ese día apareció además de las aves, trozos de madera y hierba que nace en la tierra. Colón había dispuesto "...al que le dixese primero que vía tierra le daría luego un jubón de seda, sin las otras mercedes que los reyes avían prometido, que eran diez mil maravedíes de juro a quien primero la viese." Juan Rodríguez Bermejo, más conocido como Rodrigo de Triana se quedaría con las ganas de cobrar, ya que Colón reclamaría haber divisado tierra 4 horas antes de que el onubense gritara tierra al divisar una fogata en la lejanía. Resulta cosa harto improbable que el almirante llevara ventaja en este asunto. Rodrigo no solo era un marinero experimentado sino que la posición privilegiada que ocupaba para divisar tierra le colocaba con mucho, en una clara ventaja sobre un Colón  que probablemente mintió para llevarse el premio gordo. Era imposible que desde la posición del almirante pudiera ver nada, y menos 4 horas antes. Y es que el descubridor no iba a dejar escapar la oportunidad de embolsarse la pequeña fortuna de 10,000 maravedíes.

Como anécdota, cuentan las crónicas que Rodrigo de Triana nunca perdonó a Colón la jugarreta, y en cuanto tuvo la ocasión, se convirtió al Islam y viajó por todo el Mediterráneo como pirata berberisco.




VIDA COTIDIANA EN LAS CARABELAS

La vida en una carabela estaba rigurosamente determinada y la disciplina era importante para el éxito de la misión. El mando lo llevaba el capitán general, que mandaba sobre la flota. El segundo al mando era el maestre, que tenía el mando directo sobre la tripulación y dirigía las maniobras en el mar. Se encargaba de las labores administrativas y  las de carga y descarga. El piloto era el tercer oficial y era el técnico en navegación y el que manejaba los instrumentos para tomar el punto y cuidaba de las cartas marinas. El contramaestre era el primer suboficial y toda la nave dependía de él. Servía de enlace entre los oficiales y la tripulación. Otros suboficiales eran el despensero y el alguacil que además de servir al contramaestre ejecutaba los castigos que el capitán imponía. 

         La carabela fue pieza clave en la era de los descubrimientos

Entre la tripulación estaban los marineros y los grumetes. había hombres especializados en carpintería, tonelería, etc... El cirujano era a su vez curandero y barbero. Solía haber un intérprete, ducho en lenguas. En el caso de Colón, su enlace, experto en la lengua árabe no resultaría muy eficaz. El escribano estaba a cargo del diario de a bordo y de consignar las tomas de posesión de las nuevas tierras.

La vida a bordo estaba sujeta a los servicios y guardias. El reloj de arena señalaba todos los relevos. Había un grumete encargado de darle la vuelta al reloj que tardaba en vaciarse media hora. Así, cada 8 vueltas, o sea, 4 horas, cambiaba la guardia. 

Cuando reinaba el buen tiempo, la vida era monótona, pero si era desfavorable, los hombres debían esforzarse para mantener la nave a flote. Las compensaciones económicas variaba según la duración, peligrosidad y éxito de la misión. Lo más común era el reparto de beneficios tras descontar los gastos. Los tripulantes  repartían su parte de manera proporcional a los cargos que ostentaba cada uno.  A veces se pagaba sueldos fijos elevados. Por término medio un grumete cobraba unos 700 maravedíes mensuales. Un marinero 1000; un piloto o contramaestre 2000 y 3000 los capitanes. Además del sueldo, los marineros tenían derecho a comerciar con cierta cantidad de mercancías por su propia cuenta.


UN MUNDO DESCONOCIDO

El 12 de octubre llegaron a la isla de Guanahani a la que llamó San Salvador. Tomó posesión de la isla en nombre de los Reyes Católicos (convencido de estar en la Costa China). 

"sacó el almirante la vandera real y los capitanes con dos vanderas de la Cruz Verde, que llevaba el almirante en todos los navíos por seña, con una F y una Y, encima de cada letra su corona, una de un cabo de la cruz y otra de otro."





Estandartes como estos fueron utilizados por Colón cuando desembarcó en San Salvador.
La población autóctona, presenciaba la ceremonia asombrada y maravillada por aquellos seres que se asemejaban a los dioses. Ante ellos, Colón tomó posesión de la isla en nombre de los reyes. Colón los describe como gente muy amistosa, sin maldad y pacífica. Iban desnudos y sus cabellos eran gruesos y cortos. Su altura era notable y sus rostros eran hermosos. Tal desconocimiento tenían de las armas que tomaban las espadas de los españoles por el filo y se cortaban por ignorancia. Sus casas, aunque rústicas estaban limpias y barridas. Los perros eran por lo general pequeños y no ladraban. los indígenas tocaban y besaban las manos y pies de los españoles creyéndolos dioses. 

Los indígenas trajeron papagayos, azagayas  e hilo de algodón a los españoles. A cambio, los marineros ofrecían cuentas de vidrio y otras baratijas de poco valor que los isleños atesoraban como si fuera un incalculable tesoro. Algunos de estos portaban arillos nariceros de oro que cambiaban con gusto por cualquier baratija. Cuando Colón quiso averiguar donde encontrar más oro, supo que  al  sur había un rey que tenía grandes cantidades. El almirante estaba convencido de que se hallaba en oriente y que la proximidad de Cipango, Japón, estaba cerca. Colón estaba seguro de que Cuba era el país oriental y decidió ir a la islas más grandes. Durante el viaje descubrió una isla a la que llamó Santa María de la Concepción, donde encontraron gente tan afable como la de San Salvador. Entre estas islas halló otra a la que puso el nombre de la Fernandina. Allá donde iba, mandaba el almirante colocar una cruz. A Cuba, Colón puso el nombre de Juana, en honor del hijo de los Reyes Católicos, el infante Juan.

Colón describe estas islas como el paraíso. Con el aire más puro jamás respirado, multitud de árboles frutales dulces como la miel, hierbas todas floridas, el agua cristalina, buena y sana, de la cual el almirante registró  que ninguno de sus hombres había enfermado tras tomarla, es más, nos describe como uno de sus marineros se curó  de piedras en el riñón tras dos días ingiriendo esta agua. El hallazgo de canela, áloe, resinas y otros productos no satisfizo del todo a Colón, que insistía en  hallar oro y proseguir la búsqueda. Los autóctonos de San Salvador, Cuba y otras islas hablaban con temor de Bohío, una isla de la que decían había oro, pero también caníbales  que viajaban entre islas para capturar y matar a sus gentes. 

El 6 de diciembre, Colón llegó a Bohío o Baneque a la que llamó la Española (Haití) y que confundió con Japón. Este es un dato curioso, porque por vez primera, fuera de la Península, se mencionaba España como símbolo de la patria común y la unidad territorial. Durante siglos, Castilla y Aragón habían sido realidades diferentes y separadas. Con este nombre se confirmaba que España ya era una realidad. Y es que cuando se aprobó el proyecto, Luis de Santángel, funcionario de la Corte, había dicho lo siguiente: "...para servicio de Dios, triunfo de la fe, engrandecimiento de la patria y gloria del Estado Real de D. Fernando y D.ª Isabel." Nótese aquí que no dice Castilla ni Aragón, sino que anticipa con su comentario que el descubrimiento se hace en unión de ambos reinos. Antes, para los castellanos la patria era Castilla, para los aragoneses Aragón, nadie decía; soy español. La primera vez que sonó el nombre de España fue en América, pues la primera vez que nuestros monarcas se llamaron reyes de España, fue cuando se titularon Reyes de España é Indias

Quizás Bohío no fuera Cipango pero en esta isla había oro. Más tarde descubriría la Isla de la Tortuga, futuro enclave pirata. En la Española,  el día 24 de diciembre, naufragó la Santa María y los españoles pidieron ayuda a las tribus autóctonas. Colón se entrevistó con el líder de una tribu taína llamado Guacanagarix, quien imploró a Colón su protección contra las tribus enemigas caníbales. Guacanagarix colmó de regalos al almirante, entre los que se encontraba una caja de oro. Al ser incapaz la Niña de transportar a todos los marineros, el líder taíno permitió que 39 marineros quedasen allí. Se fundó entonces el primer asentamiento europeo con los restos de la Santa maría, el Fuerte de la Navidad,  mientras Colón regresaba a España con varios nativos y cargado de oro, frutas exóticas y especias.



Sobre estas líneas, itinerario seguido por Colón en su primer viaje a las Indias 

Colón no tuvo más remedio que desembarcar en Lisboa a causa de una tormenta y tras una entrevista con el rey Juan II, este reclamó las nuevas tierras para sí, en virtud del tratado de Alcaçovas-Toledo de 1479. Buen intento para salir del paso  ante el ridículo que le supuso al monarca portugués ver llegar triunfante al genovés. Finalmente, el Papa intervendría y se firmaría un nuevo tratado entre ambas potencias, el Tratado de Tordesillas. Colón siguió su viaje hasta Barcelona, acompañado de 6 indígenas. Fue recibido con gran fasto por la corte y los reyes, que complacidos, planearon un segundo viaje.

En su segundo viaje, se organizó una auténtica armada y Colón contó con 17 barcos bien pertrechados y 1500 hombres. De entre estos, viajaban unos 200 nobles. El propósito de estos viajes fueron tres:

1.- Socorrer a los españoles en el fuerte de Navidad.
2.- Continuar los descubrimientos para llegar a los dominios del Gran Khan.
3.- Colonizar las islas ya descubiertas.

Por supuesto, el objetivo declarado era la conversión de los indígenas y el número de hombres armados que embarcaron tenía como objetivo defender  las nuevas tierras descubiertas, como medida disuasoria contra otras potencias europeas. 

La flota, partió de Cádiz a finales de septiembre de 1493 y fue de menor duración que el primer viaje. Al recorrer las islas, los españoles se encontraron con algunas tribus de carácter muy diferente a los de la primera vez. Estas tribus eran belicosas y atacaron a una expedición que buscaba agua en Santa Cruz. Eran los caribes, tribu caníbal de la que los españoles ya habían oído hablar en el primer viaje. Cuando Colón llegó al fuerte Navidad se encontró que en La Española, la  colonia había sido masacrada por los indígenas. Mucho se ha discutido sobre los motivos que llevó a los nativos a cometer este acto. Probablemente fue la codicia de los españoles lo que les llevaría a su perdición, siendo masacrados por los temibles caribes. 



Tanto Cristóbal Colón como posteriormente los conquistadores hubieron de hacer frente a poblaciones enteras de tribus caníbales.

Se fundó entonces un nuevo asentamiento colonial, La Isabela. Sin embargo, el trabajo bajo un clima tropical se hizo insoportable para los españoles. Además, la relación con los indígenas fue empeorando. El problema más grave fue que el contacto entre las dos etnias dieron lugar a desastres patológicos. Por un lado, los españoles contrajeron una enfermedad que afectaba poco a los indígenas: la sífilis. Por otro lado, la peor parte se la llevó la población autóctona con una nueva enfermedad desconocida en el nuevo mundo: la viruela. El siguiente cuadro muestra los estragos que causaron las enfermedades europeas en la población indígena.


Estimaciones de los niveles de mortandad por pandemia y fechas.



 Gripe (?)                    1494–1514 20%
 Viruela                       1519–1528 35%
Sarampión                1531–1534 25%
 Tifus                           1545–1546 20%
Peste neumónica    1545–1546 15%
 Sarampión                1557–1563 20%
  Viruela                       1576–1591 20%
 Sarampión                1576–1591 12%
 Tifus                           1576–1591 15%
Sarampión                1595–1597 8%
Sarampión                1611–1614 8%
   Tifus                            1630–1633 10%

Tampoco las cosas iban bien entre los propios colonos españoles. Hubo disensiones que estuvieron a punto de convertirse en una auténtica guerra civil. Este desgobierno llegó a oídos de los reyes, que mandó a un juez pesquisidor. Colón se adelantó y volvió a España para defenderse ante los Reyes Católicos que le dieron un voto de confianza y le permitieron hacer un tercer viaje. 

Mucho se ha hablado sobre el papel de Cristóbal Colón como gobernador, Se dice que esclavizó a la población autóctona para obtener los valiosos metales y que tiranizó y maltrató a los indios. Cuando Colón llevó a España dos barcos cargados de esclavos de las Indias, la reina Isabel horrorizada, mandó de inmediato que fueran liberados. Y es que para la reina los indios eran  pobres paganos a los que había que cristianizar y los consideraba como vasallos y súbditos de la corona, al contrario que con los turcos musulmanes, a los que se podía esclavizar. En las Leyes de las Indias leemos:

En conformidad de lo que está dispuesto sobre la Libertad de los Indios, es Nuestra Voluntad y mandamos, que ningún Adelantado, Governador, Capitán, Alcalde, ni otra persona de cualquier estado, dignidad, oficio, que sea en tiempo y ocasión de paz o guerra, aunque justa ... sea osado de cautivar indios naturales de nuestras Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano ... ni tenerlos por esclavos ... o los matar, prender o cautivar excepto en los casos y nociones que por las leyes de este título estuviere dispuesto y permitido. Por cuanto todas las licencias y declaraciones hasta hoy hechas que en estas leyes no estuvieran recopiladas o las que se dieren o hicieren, no siendo dadas ni hechas por Nos expresamente, las revocamos y suspendemos, en lo que toca a cautivar o hacer esclavos a los Indios en guerra, aunque sea justa ... Y asimismo mandamos que ninguna persona en guerra ni fuera de ella, pueda tomar, aprehender ni ocupar, vender ni cambiar por esclavo a ningún Indio, ni tenerle por tal..”

A España llegaban continuamente rumores sobre la mala gestión de los hermanos Colón en las Indias y el maltrato que estos dispensaban a los recién incorporados súbditos. Así, cuando en el tercer viaje de Cristóbal Colón se confirmó estos maltratos, los reyes mandaron a Francisco de Bobadilla, juez-pesquisidor, a las colonias y mandando de vuelta y encadenado al almirante en 1500 despojándole de todos sus títulos, aunque conservando su cargo de almirante de la Mar Océana. Una vez más, Colón haría gala de su labia y verborrea, consiguiendo que la propia reina derramara lágrimas en su favor: 

"Tened por cierto, que de vuestra prisión nos pesó mucho, y bien lo visteis vos, y lo cognocieron todos claramente, pues que luego que lo supimos lo mandamos remediar, y sabeis el favor con que vos hemos tratado siempre, y agora estamos mucho más en vos honrar y tratar muy bien."

Los reyes financiaron  un cuarto viaje a Colón, aunque se le prohibió expresamente atracar en La Española. Su último viaje se llevó a cabo en 1502 y llegó a recorrer las costas de Centroamérica entre Honduras y Panamá buscando un estrecho que debía conducirle a las islas de las especias. 

En este viaje se puso a prueba el ingenio del descubridor. Atrapados en Jamaica y con las naves varadas en la playa de santa Gloria, las relaciones entre  españoles e  indígenas se habían deteriorado y estos se negaban a socorrer a los colonos con las vituallas necesarias para sobrevivir a cambio de las típicas baratijas. Teniendo conocimiento de que varios días después habría un eclipse lunar, Colón dijo a los indios que Dios estaba con los españoles y que si no eran socorridos, el Todopoderoso mandaría plagas y peste a la población indígena, y que por señal mandaría un eclipse. Estos no hicieron caso, sin embargo, el día señalado, cuando el eclipse tuvo lugar, los indígenas corrieron con gritos de temor y trajeron toda suerte de vituallas, mientras suplicaban a Colón que intercediera ante Dios para quitar tan grave maldición. El almirante se retiró como si fuera a rezar y al rato tranquilizó a los indios, asegurando que Dios había escuchado su plegaria y retiraría en breve dicha maldición. Desde entonces, la población local cumplió fielmente con su cometido de abastecer a los españoles de todo lo necesario. Con todo, hay que decir que probablemente los indígenas no se asustaron por el eclipse en sí, seguramente ya tenían conocimiento de ellos, pero el hecho de que Colón pudiera parecer controlar este fenómeno, les pareció cosa de magia poderosa. 

Sin mucho éxito en esta expedición, Colón regresó a España y murió en Valladolid el 19 de mayo de 1506.

Gracias al ingenio de Colón y sus conocimientos astronómicos, pudo sacar partido de un eclipse lunar que ayudó a socorrer a una tripulación hambrienta, cansada y desanimada.

Además de los 4 viajes de Colón, hubo varias expediciones más llamadas viajes menores o viajes andaluces que fueron importantes porque con ellas se descubrió la parte oriental de Suramérica. El viaje de Alonso de Ojeda, junto a Juan de la Cosa y Américo Vespucio se inició en 1499 y le llevaría a descubrir lo que es hoy Venezuela. 

Otra expedición del mismo año, llevó a Vicente Yáñez Pinzón, capitán de la Niña, a descubrir Brasil.

Con el descubrimiento de las nuevas tierras la era los descubridores iba llegando a su fin. En breve se abriría la era de los conquistadores.




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