El ataque a España y a los españoles en general, no es nuevo y ha sido una constante a lo largo de los siglos. Sus enemigos naturales como Italia, Francia, Inglaterra u Holanda no dudaron en crear una imagen despótica, genocida, tirana y cruel de nuestra nación, el rey, los conquistadores de América y de los propios tercios que lucharon contra ellos. Machacaron con sus letras y su propaganda a instituciones como la Inquisición y no dudaron en mostrar grandes dosis de intolerancia y falta de respeto hacia nuestro ADN, comparándolo con el africano, como si eso fuera el peor de los males. De sobra es conocida la frase de Alejandro Dumas "África comienza en los Pirineos".
Es paradójico que hayan sido precisamente algunos autores anglosajones los que hayan tenido que acabar con la leyenda negra, mientras hay historiadores españoles que aun siguen tragándose el bulo. No obstante, la tendencia está cambiando y cada vez hay más escritores patrios como Elvira Roca Barea, que con su Imperiofobia y Leyenda Negra, nos ha legado el libro definitivo que echa por tierra esa mitificación. Otras obras como 1492, de Alberto Gil, o Sobre la Leyenda Negra, de Iván Vélez, y un largo etcétera de expertos e historiadores, se han sumado a desmitificar la leyenda negra y nos han legado libros que cada español y antiespañol debería leer. Entre los autores extranjeros que se han sumado a la desmitificación podemos destacar a hispanistas ingleses como John Elliot, Hugh Thomas, Paul Preston, Henry Kamen (un autentico experto sobre la Inquisición Española) o el norteamericano Stanley G. Payne con su obra En Defensa de España. Ya a mediados del siglo XX el sueco Sverker Arnolsson acometió una excelente investigación sobre nuestra leyenda negra plasmándolo en su libro Los Orígenes de la Leyenda Negra. Uno de los escritores e hispanistas más destacados de Latinoamérica, y bastante desconocido en nuestro país, es el colombiano Pablo Victoria. Victoria es economista, historiador y ex senador por Colombia. Ha escrito varias novelas ambientadas en la América hispánica y es uno de los más acérrimos defensores de la presencia española en América. En sus conferencias, Victoria ha probado con datos y documentos la falacia y falsedad de nuestra leyenda negra. Para el escritor colombiano existen motivos políticos, religiosos y sociales que empujaron a otras naciones ha considerar a España como la bestia negra de la humanidad. La hegemonía española sobre sus competidores y enemigos sería uno de los motivos claros y obvios por los que volcar mentiras y falsedades sobre nuestro país. El racismo ha estado patente en las mentes de otros países, al considerar a España un país norte africano o a los españoles como bárbaros semitas. Las guerras de religión habidas entre 1524 y 1697 seria otro exponente.
Elvira Roca Barea se ha convertido en adalid de la lucha contra la leyenda negra.
ORIGEN DE LA HISPANOFOBIA
¿De donde viene
esa animadversión y mala fama que nos ha acompañado durante siglos?
Probablemente el
origen de nuestra leyenda negra comience 800 años atrás. Las compañías
almogávares, sin duda el mejor ejército de la época,
conquistaron, destruyeron y arrasaron allá donde ponían un pie. Italianos,
griegos, bizantinos, franceses y turcos, fueron víctimas de la
impotencia, al ser incapaces de derrotar a unos soldados que eran implacables e invencibles en la
batalla. Los almogávares llegaron incluso a exterminar a toda una generación de caballeros y
nobles franceses. Aunque los cronistas extranjeros, sobre todo griegos y
franceses dejaron patente la falta de piedad de estos soldados mercenarios, la época en la que ocurrieron los hechos, ninguna nación del mundo se quedaba atrás respecto a crueldad como bien mostrarían los cruzados, Tamerlán o Gengis Khan.
En Italia destacaría especialmente la
"tirria" a España, sobre todo a partir del siglo XVI. La Monarquía Hispánica llegaría a poseer el Ducado de Milán, Marquesado de Finale, los reinos de Nápoles, Sicilia y Cerdeña o los Presidios de Toscana. El orgullo italiano por su pasado imperialista, chocaba con el nuevo y emergente Imperio Hispánico. En los Estados Italianos no dudaron en criticar ferozmente la figura del español a la vez que les admiraba por su valentía y fiereza en el combate. Hay que recordar que muchos de los grandes héroes y leyendas de nuestro Imperio, al servicio de la Corona eran de origen italiano, como Alejandro Farnesio, Andrea Doria, Rodolfo Acquaviva, Giovanni Battista o los arquitectos Antonelli. Sería a raíz del conocido "Saco de Roma" cuando el rencor se incrementaría. Todo ocurriría cuando el francófilo Papa Clemente VII quiso liberarse de la dominación
Imperial, apoyando abiertamente a Francia. Los franceses fueron derrotados por
los imperiales, pero al escasear los fondos para pagar los sueldos, los
soldados al servicio de nuestro rey dieron rienda suelta al saqueo y el pillaje de la Ciudad Eterna. El Papa quedó tan traumatizado que no volvió a osar conspirar contra el
Emperador. Este profundamente conmovido por los desmanes de sus hombres, pidió
perdón reiteradamente y vistió de luto durante largo tiempo. Sin embargo, el daño
estaba hecho y los españoles serían acusados de crueles y bárbaros, a pesar de
que en el contingente, los hispanos solo representaban un tercio del total. El
grupo más numeroso lo componía los alemanes con 10,000 efectivos. Tampoco se
cuenta que había muchos italianos entre las filas imperiales.
GUERRAS DE RELIGIÓN
Alemania, Suiza, u Holanda destacan sobre todo por las guerras de religión. El
luteranismo, el calvinismo o el protestantismo en sí, se convirtieron en
enemigos acérrimos del catolicismo, representado por Roma y el Emperador. El
protestantismo no dudó en utilizar a la Santa Inquisición como objeto de
crítica a España, obviando que las mayores represiones religiosas se cometieron
en los países protestantes. El Poder Civil en nuestro país ejecutó a unas 3000 personas
relacionadas con delitos denunciados por la Inquisición en toda su historia. Menos de un 10% de los procesados. Veamos las diferencias entre unos y otros. De 125.000 procesos abiertos que tuvo la Inquisición en un determinado momento, solo se ejecutaron a 46 personas (0,0005%). En la Europa protestante, se ejecutaron a 50,000 personas de 100.000 procesos abiertos, sin garantía jurídica ninguna (50%) ya que el acusado no tenía posibilidad alguna de defensa. Solo en Alemania se ejecutaron a 10.000 personas en 10 años.
En Alemania se ejecutaron a 25000
personas acusadas de brujería, a veces, sin juicio previo, y en Suiza, el
calvinismo ejecutó al 90% de los procesados. En Francia, la Inquisición llevaba
funcionando desde hacía décadas antes de que se instaurara en España. Allí se
persiguió duramente a los cátaros y posteriormente a los hugonotes, que
sufrieron una gran matanza en la llamada Noche de San Bartolomé, en 1572. En
España, el proceso estaba muy institucionalizado y no se firmaba una sentencia
a la ligera. Los juicios podían durar días, semanas o incluso meses. Hay que decir que la ejecución solo se llevaba a cabo con los reos
más recalcitrantes y que la confesión a veces podía librarle de la muerte. Para
librarse de ella, muchos confesaban aunque no estuvieran diciendo la
verdad. La sola idea de la ejecución, o la misma imagen de los aparatos de
tortura desataban las lenguas más cerradas. Con todo, hay que decir que la mayoría de los aparatos de tortura que podemos contemplar en los museos españoles, no son autóctonos, sino originarios de Francia o Alemania. Tras la confesión, el reo podía quedar
en libertad (a veces, obligado a llevar el famoso sambenito), encarcelado por una
temporada, o simplemente sufrir una multa administrativa. De todos modos, las penas impuestas por la Inquisición fueron más benévolas que las del poder judicial civil y muchos abjuraban de sus creencias para poder ser juzgados por la Inquisición. La Santa Inquisición modificó la pena de galeras a perpetuidad por la de 5 años. Permitía al reo arrepentirse y reparar el daño causado. Ningún escritor o dramaturgo en España fue perseguido por sus escritos. En francia lo fueron Moliere, Villon, Rebelais, Víctor Hugo, Voltaire, Zola, Chateaubrian..
En Alemania hubo una histeria colectiva que condenó a miles de mujeres acusadas de brujería.
La expulsión de los judíos en 1492 seria otra excusa para volver a criticar a los indolentes españoles y su institución. Es un hecho que ha perdurado en la memoria colectiva y los registros en todo el mundo. Sin embargo, olvidamos convenientemente que Inglaterra también expulsó a los hebreos en 1290; Francia en 1306, 1321 y 1394; Alemania lo hizo en el siglo XIV e Italia en el XVI; Hungría en 1349; Austria en 1421; Lituania en 1445 y 1495; Portugal en 1497 y Bohemia y Moravia en 1744.
AMÉRICA
Con el descubrimiento y conquista de América, España se convertía en la nación donde nunca se ponía el sol. Nuestra patria no obstante tenía que lidiar en varios frentes. Por un lado, la pacificación de las Indias occidentales, por otro, la guerra con los turcos por el control del Mediterráneo y evitar que los otomanos invadieran Europa. Había que sofocar la sublevación de los Países Bajos, teníamos continuas e interminables guerras contra Francia, contra la piratería de los corsarios ingleses y las guerras de religión. En el interior, había recelos contra la población morisca, que acabaría siendo expulsada tras la Rebelión de las Alpujarras. Tantos frentes abiertos terminarían desangrando a los hijos de España y a las arcas del Estado.
España nunca tuvo colonias y sí provincias y virreinatos como muestra la imagen.
Tantas guerras serían aprovechadas por los ingleses, quienes buscaban desequilibrar el poder imperial y acabarían por aliarse con los enemigos de nuestro país. Los corsarios ingleses atacaban y saqueaban las costas españolas más desguarnecidas y abordaban los galeones que retornaban del nuevo mundo, cargados de oro, plata y productos exóticos. Tras el fracaso de la Armada Invencible, Inglaterra contraatacó y dispuso una fuerte armada al mando de Francis Drake, con 12000 hombres, que serían rechazados en La Coruña. Pese a la superioridad naval inglesa, nuestra armada pudo limpiar el mar de corsarios, y la derrota de Vernon en Cartagena de Indias por Blas de Lezo sumió a Inglaterra en la vergüenza. Así, lo que no podían ganar por las armas, la Pérfida Albión habría de ganarlo por la propaganda. Y es que mientras Inglaterra colonizaba el norte de América y exterminaba sin contemplaciones a sus naturales (95%), hacían circular decenas de publicaciones contra España y el supuesto trato vejatorio que dispensaban los conquistadores y encomenderos a los nativos americanos. Holanda hacía lo propio y no tardaron en traducir y expandir las publicaciones de fray Bartolomé de las Casas, un dominico que denunciaba, a veces con celo excesivo, los maltratos de los encomenderos hacia los indios. Los holandeses, que deseaban sacudirse el dominio español de sus tierras, elaboraron una serie de grabados en los que aparecían los conquistadores cometiendo mil y una troperías contra los indios. Con eso pretendían mostrar a sus ciudadanos cuan malos y crueles éramos y a la vez encender los ánimos para expulsarnos de allí. De las Casas hizo mucho daño con sus exageraciones acerca de los desmanes perpetrados por los españoles a los nativos o minimizó el impacto de los sacrificios humanos, cifrándolos en números infinitamente inferiores a los realmente cometidos, como se ha demostrado con creces. El dominico nunca llegó a criticar a los conquistadores, sino a los encomenderos, que se saltaban a la torera las disposiciones reales. De las Casas era partidario además del uso de esclavos negros, para hacer el trabajo de los nativos, ya que en aquella época, los negros no tenían consideración de personas. No obstante, la manumisión fue una constante en la América latina y hubo muchos negros que pudieron vivir como hombres libres, incluso participaron de la Conquista.
Una de las crónicas más extraordinarias y que dejan en evidencia a de las Casas son las de fray Toribio Benavente, un franciscano que junto a otros 11 frailes arribaron a Nueva España y nos cuenta el día a día en el nuevo mundo. Benavente, al que los indios llamarían Motolinía, "pobre" en nahuatl, debido a la pobreza de sus ropas, nos relata una situación muy distinta a la que los malintencionados cronistas ingleses o de las Casas nos tienen acostumbrados. De hecho, Motolinía se enfrentaría a de las Casas llamándolo prácticamente mentiroso. Hernán Cortés, había solicitado al rey el envío de religiosos que predicaran el evangelio a los nuevos súbditos de la Corona. Pero hizo una súplica especial. Los religiosos no podían pertenecer al clero secular, ya que Cortés consideraba almas puras a los nativos y quería evitar que obispos, curas o cardenales les contagiaran de sus vicios. La Orden de los franciscanos, con su voto de pobreza serían los encargados de la predicación.
Llama la atención como Motolinía se fija en los numerosos templos en los que los nativos continuaban haciendo los sacrificios humanos, echando por tierra las difamaciones que los enemigos de España hacían, asegurando que Cortés mandó destruirlos todos y que forzó a la población indígena a convertirse al cristianismo. Sin embargo, esto último también lo desmiente el fraile, confirmando la libertad de conciencia de los indios. Los nativos seguían practicando su religión abiertamente y sus antiguos lugares de culto solo serían destruidos a medida que iban convirtiéndose al cristianismo. El franciscano además, nos describe minuciosamente el ritual de los sacrificios humanos, mencionando una celebración azteca anual en la que participaban miles de víctimas.
Grabados neerlandeses como este pretendían mostrar al ciudadano holandés una nefasta imagen de España y los conquistadores.
También en México
algo está cambiando. En 2016 el Centro de Estudios de Historia de México
celebró un ciclo de conferencias sobre Hernán Cortés, en las que se desmitifica al conquistador y la conquista. Los documentos visuales están
ubicados en Youtube y es una oportunidad única de escuchar a importantes y reputados historiadores del país
azteca sobre la visión histórica actual que tienen sobre su tierra. Este año de 2019 se conmemora el 500 aniversario de la Conquista de México.
Una de las leyendas negras más extendidas nos habla sobre el supuesto genocidio
perpetrado por los malvados españoles, cargándose a 20 millones de indios. Veamos lo que dicen los datos:
De 1493 a 1600
llegaron algo más de 54.000 inmigrantes españoles al continente americano repartidos de esta manera.
Desde 1493 a 1519 llegaron 5.481; de 1520 a 1539 llegaron 13.262; de 1540 a
1559 arribaron 9,044 españoles; de 1560 a 1579 fueron 17,586 y de 1580 a 1600
llegaron 9.058. Esto significa que los españoles tenían que matar 1095 indios
los 365 días del año durante 50 años. Cosa harto imposible. Si bien es cierto que los españoles
trajeron enfermedades en las que los nativos no estaban preparados para asimilar,
la muerte llegaba por igual a indígenas y españoles, como está bien registrado.
La excusa del genocidio es absurdo y lo que sí hubo fue mestizaje y asimilación. Como dato a tener en cuenta, los territorios explotados por Inglaterra en Norteamérica acabaron con el 95% de la población autóctona. Australia también sufrió la presencia inglesa con una reducción del 90% de la población nativa.
Respecto a la inquisición, en toda América solo se ejecutó a 100 personas en 250 años.
Los territorios americanos nunca fueron considerados como colonias, sino provincias incorporadas a la Corona, con todos los
derechos, privilegios y obligaciones que los españoles.
“Considerando vuestra
majestad que los vastos y preciosos dominios de América no son colonias ni factorías,
como las otras naciones, sino parte esencial e integrante de la monarquía española.”
“Tan españoles somos
como los descendientes de don Pelayo..”
A ojos de un
individuo del siglo XXI, la Conquista puede ser objeto de rechazo y crítica,
pero fue una época convulsa de continuos cambios políticos, sociales y territoriales.
Los turcos amenazaban Europa y se imponían en el Mediterráneo con sus poderosas
flotas y su cuerpo de élite, los jenízaros; Francia continuaba su pugna con España
por controlar Italia; Portugal se extendía por oriente e Inglaterra se sumaba
al juego de la expansión, conquistando el norte de América. Mas tarde, en el siglo XIX, las
principales potencias europeas, en su afán expansionista, se repartirían África, imponiendo sus propias fronteras y desplazando a millones de personas. El Congo Belga sufriría uno de los genocidios más atroces de la historia.
LA LEGITIMIDAD DE LA CONQUISTA
Con el Edicto de Milán de 313, Constantino reconocía la autonomía de la Iglesia para gobernarse a si misma, a sus líderes para gobernar a sus fieles y soberanía para elaborar sus propias leyes. El Estado Romano concedía a la Iglesia ser otro Estado, con el Papa a la cabeza de ese Estado. Pero la iglesia se convertiría posteriormente en doble Estado a raíz del convenio que Mussolini hizo con la Iglesia, cediendo el territorio del Vaticano. Tras la caída del Imperio Romano, la Iglesia pasaba a convertirse en el Primer Estado. El Papa tenía la autoridad suprema en Europa y todos los reyes apelaban a su autoridad para mediar en conflictos territoriales. En nuestro caso, España obtuvo el permiso papal tanto para la conquista de América como de las Canarias, a cambio de la evangelización de sus gentes.
La hipocresía de las potencias extranjeras no tenía límite, ya que la Conquista de América estuvo legitimada de acuerdo con las leyes de la época.
Derecho Romano: El
descubrimiento y ocupación territorial era titulo suficiente para ejercer el
dominio sobre la tierra ocupada.
Derecho Medieval: De acuerdo a estas leyes, los
indios carecían de personalidad jurídica y no eran sujetos de derecho.
Derecho Pontificio:
Suprema jurisdicción internacional. Había otorgado a España el derecho de
conquista siempre y cuando evangelizaran a los nativos.
La Santa Sede por tanto, estaba considerada como el primer Estado mundial y que ésta reconociera
las conquistas españolas, le otorgaba a España un plus de legalidad. Igualmente,
España cumplía con los 3 requisitos.
Sobre la esclavitud,
no vamos a negar que España era esclavista, pero si nos atenemos a los hechos,
la esclavitud en los territorios hispanos era menor que en los de otras
potencias, de acuerdo con el alemán Alexander Von Humboldt:
Territorios Población Libres Esclavos
Antillas
francesas 310.000 22,6% 77,4%
Antillas
inglesas 505.000 19,0% 81,0%
Jamaica 402.000 15,0% 85,0%
Antillas españolas 220.000 89,0% 11,0%
Cuba 987,000 71,9% 29,1%
México 6.000.000 99,8% 0,02%
Para muchos
latinoamericanos, los españoles solo dejaron pobreza, miseria y analfabetismo, pero otra vez los datos desmienten tales afirmaciones:
1500 Se elabora el
primer mapa mundial
1517 Se elabora la
primera geografía de América
1524 Se crea la
primera escuela para indios
1536 Primeras
imprentas, libros, cartografías, diccionarios de lenguas nativas. La primera imprenta
inglesa data de 1638
1541 Primer periódico.
Hoja de México. En América de norte no aparecerá hasta 1704, en Alemania 1615 e
Inglaterra 1622.
1543 Primeras
escuelas industriales para indios.
1575 Libros en 12
lenguas indígenas
1545 Primera partitura
1579 Primera autopsia
en la universidad de México. 1 año antes que Félix Platter la practicara en
Basilea.
1538 Primera
Universidad en Santo Domingo (ni holandeses ni portugueses fundaron
universidades)
1539 Creación del
cabildo (pequeño parlamento con funciones jurídicas)
1542 Leyes de Indias
1548 Construcción de
la catedral
1556 Primera escuela
para niños huérfanos
1783\1817 Expedición Botánica
1803 La vacuna contra
la viruela es traída de España.
Además, el Rey
reglamentó la jornada de 8 horas y el descanso de sábados y domingos y la reina
Isabel I es antecesora de los Derechos humanos.
“Suplico al rey mi señor
y afectuosamente y encargo y mando a la princesa, mi hija, y al príncipe, su
marido no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las dichas
indias reciban agravio alguno en sus personas ni bienes sino que manden que
sean bien y justamente tratados.”
Humboldt pudo comprobar de primera mano, la prosperidad y desarrollo de la América española en sus viajes como naturalista, explorador y geógrafo.
La América latina
preindependiente gozaba de una economía superior a la de muchos países
europeos. México era una de las provincias más ricas del mundo y superaba a
París en muchos aspectos. Mientras en Alemania se pagaba una media de 4,5
francos de sueldo, en México se pagaban 30 francos. Las ciudades latinoamericanas
preindependientes eran mucho más ricas que las colonias inglesas de América del
Norte.
Con el cambio de dinastía,
los ilustrados españoles absorberían las corrientes francesas hasta el punto de
creer en la leyenda negra. Con la independencia de las colonias, resucitaría la
ingrata memoria oscura y finalmente, con la pérdida de las últimas posesiones en
1898, el fantasma de esa leyenda volvería a aparecer. Desde entonces, son muchos,
incluidos bastantes españoles, que se han tragado de lleno toda clase de falacias y
mentiras.
El profesor de Filosofía e historiador colombiano Ramón Bernardo Bulla, elaboró una recopilación de aquellos productos y materiales desconocidos para los nativos americanos que acabarían transformando su mundo para mejor.
Aportes materiales de
España a América:
Centeno, lentejas,
trigo, habas, alverjas, garbanzos, cebada, avena, nueces, avellanas, zanahorias,
remolacha, nabos, puerros, rábanos, coles, repollo, espinacas, acelgas,
lechuga, uvas, plátanos, olivos, peras, manzanas, cerezas, higos, melocotones,
albaricoques, fresas, ciruelas, frambuesas, naranjas, limones, limas,
mandarinas, mirto, calabaza, albahaca, mejorana, perejil, hinojo, menta, tomillo,
laurel, pimiento, membrillo, cebolla, clavo, azafrán, ajo, ganado ovino,
porcino, vacuno, ocas, jabalíes, perdices, ciervos, gallinas.
Si bien los nativos
americanos dejaron construcciones espectaculares y maravillosas, las viviendas
de los indios eran pobres y humildes. Con el advenimiento de los españoles, se
introdujeron materiales varios que mejoraron notablemente la vida de sus
habitantes:
Ladrillo, adobe, cemento,
tejas de barro, brújula, acueductos, vías, carruajes (en México se conocía la
rueda, pero solo para uso de juguetes, nunca a escala normal), herramientas,
ciudades, reloj, vidrio, metales (No conocían la metalurgia, el trabajo de oro
es muy moldeable y no precisa grandes temperaturas), industria, molinos,
muebles, vestidos.
LOS CRONISTAS
Las crónicas que los contemporáneos de la Conquista nos han legado son muy abundantes. Por un lado, tenemos la visión de los derrotados, ya sea por testimonio directo de los propios indígenas (Manuscrito Tlatelolco, o los Anales Históricos de la nación mexicana) o a través de religiosos como el franciscano Bernardo de Sahagún, quién realizó una recopilación de información sobre el mundo nahuatl en su Libro XII del códice Florentino. El códice Aubin nos detalla la Historia de México desde el siglo XII hasta la llegada, conquista y establecimiento de los españoles.
Desde el punto de vista de los vencedores, tenemos el Lienzo de Tlaxcala, manuscrito elaborado por los tlaxcaltecas, pueblo aliado de Cortés en la conquista de México. En él, los aliados indígenas querían dejar patente que sin su ayuda, los españoles no habrían podido vencer a los aztecas. Una copia del manuscrito fue enviada al rey Carlos I, para recordarle los servicios que el pueblo tlaxcalteca había prestado a la Corona.
Diego Muñoz de Camargo. Camargo fue un historiador tlaxcalteca, fruto de la unión de un capitán español y una nativa de Tlaxcala. Se consideraba más español que indígena. Escribió Historia de Tlaxcala.
Otro cronista de origen nativo fue Fernando Alva Ixtlilxochitl, quién escribió Historia chichimeca, un libro que recoge la creación del mundo, hasta la conquista de México. Es una obra bastante objetiva.
El propio Hernán Cortés nos dejó una serie de cartas escritas al rey, donde relata su viaje a México y su posterior conquista. Son las célebres Cartas de Relación.
El confesor personal de Cortés, Francisco López de Gómara, escribiría el relato más completo sobre la conquista del país azteca. Sin embargo, Gómara nunca estuvo en América y su relato está basado en el testimonio del propio Cortés.
Bernal Díaz del Castillo es sin duda, el mejor cronista de la conquista de México (al menos para mi). Fue soldado de la expedición y por tanto, testigo directo de todos los acontecimientos. Aunque siente cierto rencor hacia Cortés por motivos de repartición (consideraba que Cortés no había recompensado bien a sus hombres), no duda en alabar sus múltiples virtudes y su humanidad. Su relato, Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España, para nada tiene que ver con la imagen que ingleses u holandeses publicaron sobre los conquistadores. La lectura de sus escritos es fresca y amena y a pesar de sentirse inferior ante la obra de Gómara, del que tomaría algunas notas, su libro es una auténtica joya.
Antonio de Solís escribiría su Historia de la Conquista de México, partiendo de los escritos de Gómara y del Castillo.
El Códice Tovar relata la historia de los mexicas, desde su llegada al Valle de México hasta la caída de Tenochtitlan.
Sobre estas líneas, Bernal Díaz del Castillo. Sin duda, el mejor cronista de la conquista de México.
El Libro de Mormón. He incluido en este repertorio, este registro de escrituras sagradas, perteneciente a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, por una razón. Es el valor y respeto que dicha Iglesia profesa sobre personajes como Cristóbal Colón o los conquistadores, a los que consideran parte de una profecía. El Libro de Mormón contiene la historia de unos antiguos habitantes de América, en una época anterior a los grandes imperios precolombinos. Estos habitantes procedentes de Jerusalén, habrían llegado al continente americano aproximadamente sobre el 600 a.C. tras la caída de la ciudad a manos de los babilonios, como promesa por su fidelidad a Dios.
Con el tiempo, tras multiplicarse y separarse en dos pueblos diferentes, el pueblo leal a Dios acabaría sucumbiendo a las armas del otro pueblo, unas gentes malvadas y sanguinarias que extinguirían el linaje y el cristianismo primitivo de sus gentes. A pesar de su desaparición, los profetas de este pueblo habían profetizado el advenimiento de unos hombres que llegarían al continente y evangelizaría a los habitantes que allí aún vivieran. En una de esas profecías podemos observar una clara referencia a Cristóbal Colón y los conquistadores españoles.
"Y miré, y vi entre los gentiles a un hombre que estaba separado de la posteridad de mis hermanos por las muchas aguas; y vi que el Espíritu de Dios descendió y obró sobre él; y el hombre partió sobre las muchas aguas, sí, hasta donde estaban los descendientes de mis hermanos que se encontraban en la tierra prometida.
Desde el punto de vista de los vencedores, tenemos el Lienzo de Tlaxcala, manuscrito elaborado por los tlaxcaltecas, pueblo aliado de Cortés en la conquista de México. En él, los aliados indígenas querían dejar patente que sin su ayuda, los españoles no habrían podido vencer a los aztecas. Una copia del manuscrito fue enviada al rey Carlos I, para recordarle los servicios que el pueblo tlaxcalteca había prestado a la Corona.
Diego Muñoz de Camargo. Camargo fue un historiador tlaxcalteca, fruto de la unión de un capitán español y una nativa de Tlaxcala. Se consideraba más español que indígena. Escribió Historia de Tlaxcala.
Otro cronista de origen nativo fue Fernando Alva Ixtlilxochitl, quién escribió Historia chichimeca, un libro que recoge la creación del mundo, hasta la conquista de México. Es una obra bastante objetiva.
El propio Hernán Cortés nos dejó una serie de cartas escritas al rey, donde relata su viaje a México y su posterior conquista. Son las célebres Cartas de Relación.
El confesor personal de Cortés, Francisco López de Gómara, escribiría el relato más completo sobre la conquista del país azteca. Sin embargo, Gómara nunca estuvo en América y su relato está basado en el testimonio del propio Cortés.
Bernal Díaz del Castillo es sin duda, el mejor cronista de la conquista de México (al menos para mi). Fue soldado de la expedición y por tanto, testigo directo de todos los acontecimientos. Aunque siente cierto rencor hacia Cortés por motivos de repartición (consideraba que Cortés no había recompensado bien a sus hombres), no duda en alabar sus múltiples virtudes y su humanidad. Su relato, Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España, para nada tiene que ver con la imagen que ingleses u holandeses publicaron sobre los conquistadores. La lectura de sus escritos es fresca y amena y a pesar de sentirse inferior ante la obra de Gómara, del que tomaría algunas notas, su libro es una auténtica joya.
Antonio de Solís escribiría su Historia de la Conquista de México, partiendo de los escritos de Gómara y del Castillo.
El Códice Tovar relata la historia de los mexicas, desde su llegada al Valle de México hasta la caída de Tenochtitlan.
Sobre estas líneas, Bernal Díaz del Castillo. Sin duda, el mejor cronista de la conquista de México.
El Libro de Mormón. He incluido en este repertorio, este registro de escrituras sagradas, perteneciente a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, por una razón. Es el valor y respeto que dicha Iglesia profesa sobre personajes como Cristóbal Colón o los conquistadores, a los que consideran parte de una profecía. El Libro de Mormón contiene la historia de unos antiguos habitantes de América, en una época anterior a los grandes imperios precolombinos. Estos habitantes procedentes de Jerusalén, habrían llegado al continente americano aproximadamente sobre el 600 a.C. tras la caída de la ciudad a manos de los babilonios, como promesa por su fidelidad a Dios.
Con el tiempo, tras multiplicarse y separarse en dos pueblos diferentes, el pueblo leal a Dios acabaría sucumbiendo a las armas del otro pueblo, unas gentes malvadas y sanguinarias que extinguirían el linaje y el cristianismo primitivo de sus gentes. A pesar de su desaparición, los profetas de este pueblo habían profetizado el advenimiento de unos hombres que llegarían al continente y evangelizaría a los habitantes que allí aún vivieran. En una de esas profecías podemos observar una clara referencia a Cristóbal Colón y los conquistadores españoles.
"Y miré, y vi entre los gentiles a un hombre que estaba separado de la posteridad de mis hermanos por las muchas aguas; y vi que el Espíritu de Dios descendió y obró sobre él; y el hombre partió sobre las muchas aguas, sí, hasta donde estaban los descendientes de mis hermanos que se encontraban en la tierra prometida.
Y aconteció que vi al
Espíritu de Dios que obraba sobre otros gentiles, y salieron de su cautividad,
cruzando las muchas aguas.
Y aconteció que yo,
Nefi, vi que los gentiles que habían salido de la cautividad se humillaron
delante del Señor, y el poder del Señor estaba con ellos...
Y vi que el poder de
Dios estaba con ellos, y también que la ira de Dios pesaba sobre todos aquellos
que estaban congregados en contra de ellos para la lucha.
Y yo, Nefi, vi que
los gentiles que habían salido de la cautividad fueron librados por
el poder de Dios de las manos de todas las demás naciones." 1Nefi: 12,13, 16..
Independientemente de sus doctrinas o veracidad de este libro, resulta cuanto menos curioso su enseñanza, respecto a que el descubrimiento o la conquista formara parte de un plan divino en el que los españoles actuaban bajo la guía y protección del mismísimo Dios. Cuando uno contempla la manera en la que se llevó a cabo la Conquista, no puede evitar acordarse de las palabras del almirante holandés Hohenlohe Neuenstein en el célebre Milagro de Empel "Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro".
Este artículo está dedicado a mi tuitera favorita, Water Woman. Gran fan de los Tercios y de la historia en general.
Este artículo está dedicado a mi tuitera favorita, Water Woman. Gran fan de los Tercios y de la historia en general.