Actualmente, el español es hablado por más de 550 millones de personas en todo el mundo. Entre sus dialectos encontramos el andaluz, el extremeño, el madrileño, el canario, el riojano, etc.. así como los hablados en el continente americano, Filipinas, Guinea Ecuatorial o el saharaui español. Todos con sus particularidades y variedades lingüísticas.
En España, existen además varios idiomas cooficiales junto al español denominado castellano. Así, tenemos el catalán, balear, valenciano, gallego, euskera y el aranés, sin olvidar otras lenguas no oficiales pero de igual importancia como es el astur-leonés o el aragonés.
Para rastrear el origen del español debemos viajar en el tiempo, mucho tiempo atrás.
Para rastrear el origen del español debemos viajar en el tiempo, mucho tiempo atrás.
LENGUAS PRERROMANAS
Documentalmente, entre las lenguas conocidas prehispánicas tenemos el fenicio, el púnico y el griego. Como lenguas autóctonas existió el celtíbero, lengua de origen celta y del que tenemos inscripciones directas. Los celtíberos estuvieron influenciados por los íberos y utilizaron su escritura. En los últimos tiempos, los celtíberos utilizaron caracteres latinos.
El íbero es una lengua mal conocida y hay muchas conjeturas respecto a su origen. Principalmente, la lengua íbera se habló en el este de España.
Tartesio. La lengua de los antiguos tartesos es de origen desconocido. Se habló en la parte occidental de Andalucía y no se sabe si es una lengua indoeuropea o preindoeuropea. Es una lengua no clasificada.
Euskera. El euskera antiguo tiene rasgos comunes con la íbera, pero no se ha podido descifrar ésta partiendo del vascuence. Algunas palabras o sufijos íberas tienen correspondencias en el vasco, pero se desconoce si mantienen el mismo significado o algo parecido. El vasco es la única lengua prerromana que sobrevivió al empuje del latín.
Con el Imperio Romano surgieron las lenguas románicas, que derivan del latín vulgar, que a su vez proviene de la rama de las lenguas itálicas, y esta de las lenguas indoeuropeas. Las lenguas románicas surgieron tras un proceso de fragmentación del latín vulgar al descomponerse y desaparecer el Imperio. Las nuevas formas lingüísticas fueron creándose a partir del aislamiento geográfico y rasgos lingüísticos propios de cada zona.
El latín ofrecía variedades comunes en todas las lenguas y su estudio solo se puede hacer a partir de los textos en latín clásico enseñado a las clases altas en las escuelas. Sin embargo, la mayor parte de la población no iba a la escuela y por tanto hablaba otro tipo de lengua, llamada latín vulgar, del que apenas quedan textos escritos. Fue este latín el que sirvió para dar unidad a todo el extenso territorio del Imperio romano, pero que con el tiempo se fragmentó en dialectos, las llamadas lenguas románicas o romances.
LENGUAS ROMÁNICAS
Al principio, la evolución desde el latín vulgar hasta las lenguas románicas modernas tuvo una primera etapa común, después cada lengua fue siguiendo su propio camino.
Hay una clasificación de las lenguas románicas en dos grandes grupos:
Lenguas occidentales. Entre estas están el provenzal, hablado en el sur de Francia,
Francés. Hablado originalmente en el norte de Francia. También se habla en Bélgica, Suiza, valle de Aosta y las excolonias francesas.
Catalán. El catalán, con sus variantes balear y mallorquín, se habla en cataluña, Valencia, Baleares, algunas zonas del sureste francés, el Principado de Andorra y la ciudad de Alguer, en Cerdeña. Durante la Edad Media hubo una brillante literatura tanto en Cataluña como en Valencia. Tras un periodo de decadencia en el siglo XIX surgió una Renaixença de defensa de la lengua y la cultura.
Castellano o español. Lengua de más de 500 millones de personas, se habla en España, parte de América del Norte, Central y Sur, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, algunas zonas de Filipinas, y algunos grupos de sefardíes de Asia Menor, Balcanes y norte de África.
Gallego. Gallego y portugués tuvieron un origen común a partir del latín y compartieron su proceso de formación hasta el siglo XV. El gallego se habla en Galicia y zonas limítrofes de León, Zamora, Asturias y Portugal. En la Edad Media el gallego se consideraba una lengua especialmente apta para la poesía. Alfonso X utilizaba el castellano para la prosa y el gallego para la poesía. En el siglo XIX el uso del gallego se reivindicó como lengua cultural con personalidades como Rosalía de Castro o Manuel Curros Enríquez.
Astur-leonés. También llamado bable, se habla principalmente en Asturias, occidente de Cantabria.
Aragonés. Zona pirenaica de la provincia de Huesca.
Portugués. En sus inicios estaba unido al gallego. El portugués moderno se habla en Portugal, Brasil,Angola, Mozambique..
Judeoespañol o ladino. Los judíos españoles expulsados de los distintos reinos de la Península Ibérica hablaban, según su región de origen, distintas variedades de diversas lenguas iberorrománicas (castellano, catalán, portugués). Salvo algunos rasgos específicos (como el uso de hebraísmos para denominar ciertas realidades), la lengua de los judíos expulsados NO difería sustancialmente de la hablada por los cristianos de las mismas zonas geográficas.
Judeoespañol o ladino. Los judíos españoles expulsados de los distintos reinos de la Península Ibérica hablaban, según su región de origen, distintas variedades de diversas lenguas iberorrománicas (castellano, catalán, portugués). Salvo algunos rasgos específicos (como el uso de hebraísmos para denominar ciertas realidades), la lengua de los judíos expulsados NO difería sustancialmente de la hablada por los cristianos de las mismas zonas geográficas.
Con el tiempo, la segunda y
tercera generación de los descendientes de los expulsados se produjo una lengua estándar que era producto de esa
mezcla de distintas variedades lingüísticas iberorrománicas; la base de esa
koiné era el castellano de finales de la Edad Media, en su variedad meridional. De ahí nació lo que
llamamos judeoespañol o lengua sefardí, que
desde el siglo XVI se desarrolló y evolucionó de forma independiente con
respecto al español peninsular y americano.
La base lingüística
del judeoespañol es el castellano de finales de la Edad Media. Como el
judeoespañol evolucionó de forma independiente con respecto al español
peninsular, la lengua sefardí ha conservado algunos fonemas que existían
en castellano medieval y que en el español actual se han perdido o han
evolucionado hacia otros sonidos.
El judeoespañol conserva algunos rasgos arcaicos del castellano medieval, tanto en la fonética como en la morfosintaxis y el léxico, es una lengua viva que ha tenido su propia evolución interna y ha recibido también influencias externas.
El judeoespañol conserva algunos rasgos arcaicos del castellano medieval, tanto en la fonética como en la morfosintaxis y el léxico, es una lengua viva que ha tenido su propia evolución interna y ha recibido también influencias externas.
Entre las lenguas románicas orientales están el rumano, el dálmata (hoy extinguida), el retorrománico, lengua que se habla en la región de los Alpes centrales y que forma parte de uno de los idiomas oficiales de Suiza, el italiano y el sardo, lengua hablada en Cerdeña.
Como
ya hemos visto, antes de la llegada de los romanos, en España se
hablaban diversas lenguas que, a excepción del vasco, fueron
sustituidas por el latín, que
durante siglos se habló en la mayor parte del país. Con la
invasión árabe, las diferencias lingüísticas respecto al resto de
regiones y nuevos reinos se acentuaron y dio lugar a las
diferentes lenguas que actualmente ya conocemos.
ORIGEN DE LA Ñ
La ñ es una letra genuinamente española que nació de la necesidad de representar un nuevo sonido inexistente en el latín y comenzó a utilizarse a partir del siglo XII. A medida que el latín evolucionaba, en el siglo IX nacieron varias maneras de representar la Ñ. (nn), (gn) y (ni...acompañada de otra vocal). Tantas variaciones del mismo sonido traía confusión y ocupaba mucho espacio, por eso se escogió la nn y se abrevió en una sola n agregándole la línea ondulada que la corona y a la que podemos llamar "virgulilla". Fue el rey Alfonso X el sabio en el siglo XIII quien fijó las primeras normas del castellano, adoptando la Ñ actual para representar mejor ese sonido. Francia e Italia adoptaron la gn, Cataluña la ny y en Portugal evolucionó a la nh.