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domingo, 19 de noviembre de 2017

EL DUENDE DE ZARAGOZA



Hace unas semanas me encontraba buscando información acerca de la revolución ocurrida en Asturias en octubre de 1934. Investigando un periódico de ese año (Crónica, 2 de diciembre de 1934) leí una historia que me dejó perplejo. Considerando un suceso digno de publicar por su naturaleza única y por haber ocurrido en nuestro país, busqué más información en libros y otras páginas web sobre el caso y el resultado es la historia que os cuento a continuación. La historia del duende de Zaragoza.

La  historia del duende de Zaragoza es uno de los casos más increíbles  y fascinantes   acaecidos en nuestro país en los últimos tiempos, a tal grado que la prensa y medios internacionales de varios países como The Times o la Fox se hicieron eco del suceso. No es para menos, en una época en la que la parapsicología era una total desconocida en España, el edificio ubicado en la calle Gascón de Gotor nº 2 de Zaragoza sería testigo principal de una historia de terror que puso en jaque a las autoridades locales.

Hoy os traigo una historia diferente. Una historia en la que se mezcla lo asombroso y lo paranormal. Un documento sobre una España mágica y oculta. Un suceso además en el que nunca se supo y tal vez nunca se sepa que ocurrió  realmente en ese edificio de Zaragoza.


COMIENZAN LAS VOCES

Todo comenzó el  27 de septiembre de 1934, en el edificio situado en la calle Gascón de Gotor número 2 de Zaragoza, un inmueble de 4 plantas de nueva construcción y equipado con todas las modernidades de la época. Ese día, Pascuala Alcocer, sirvienta de los los Palazón, propietarios que vivían en el segundo derecha,  se hallaba en la cocina terminando sus quehaceres cotidianos y se disponía a cerrar la puerta, cuando  escuchó repentinamente una voz que la llamaba por su nombre y a continuación estallaba en una carcajada.


                           Antiguo edificio donde sucedieron los hechos.

La criada hizo caso omiso a la voz hasta que un día, cuando  se disponía a encender el hornillo, escuchó desde su interior:


Por lo que más quieras, no enciendas, que me quemas!"

La criada intentó contener sus ansias de gritar. La familia se portaba muy bien con ella y no quería despertarla. Durante semanas la sirvienta convivió con esas extrañas voces que parecían salir del horno de la cocina, hasta que un día no soportándolo más se lo confesó a la señora.


"¡Señorita! ¿Señorita!… En la cocina hay gente"
"¿En la cocina?"
"Sí, en la chimenea una voz me habla."

Cuando la señora se acercó a la cocina, obviamente no vio a nadie:

Ves como no hay nadie, tonta!"
"Sí que hay, estoy aquí. Buenos días, señora."  contestó la voz.

Al tratar de salir despavoridas de la cocina, la voz intentó retenerlas:

"No os asustéis, ¡María ven!"

Pronto comenzó a remolinarse una multitud alrededor de la cocina:

"¡Cuanta gente!"  dijo la voz.


Con el tiempo, la persistencia de las voces derivó finalmente en un aumento de su presencia  a partir del 15 de noviembre cuando se hizo notar en todo el edificio. Esa mañana los vecinos se levantaban de sus camas sobresaltados al escuchar una macabra risotada que inundó todo el inmueble. Risas e insultos salían periódicamente del hornillo del segundo derecha. Aquellos que llegaron a escuchar la voz coinciden en señalar su carácter gutural y de ultratumba. A falta de una mejor denominación, los medios bautizarían el fenómeno con el nombre de "Duende de Zaragoza"


LLEGA LA POLICÍA

Muy pronto la fama del duende hizo congregar a grandes multitudes en torno al edificio "embrujado". La policía entonces abrió una investigación y se personó en la casa buscando una explicación lógica y coherente al fenómeno. Cuando los guardias de asalto llegaron a la cocina del segundo derecha fueron recibidos por la misteriosa voz que dirigiéndose al jefe de policía dijo:

"Hola, señor inspector"

Uno de los guardias de asalto sacó la pistola y la voz le recriminó.

"Guárdala, no saques eso"

Al abrir el hornillo y rascar su superficie, la voz le replicó:

"¡Ay, que me haces daño!"

Y cuando  el jefe de la policía salía de la cocina, la voz se despidió:

"Salud, señor inspector."





La guardia de asalto manejando el hornillo desde donde salía la misteriosa voz.


Las autoridades decidieron  hacer una inspección exhaustiva del edificio y los inmuebles adyacentes. Descartando que la voz proviniera de edificios contiguos se revisaron paredes, y se llamaron electricistas y fontaneros que abrieron suelos buscando mecanismos e incluso se levantaron tejados sin ningún resultado. Al regresar a la cocina, la voz dijo:

"¡Cuanta policía!  ya estoy aquí, cobardes, cobardes"

Un oficial de policía mantuvo la siguiente conversación con el duende:

"¿Quién eres? ¿Por qué haces esto? ¿Quieres dinero?"

"No"

"¿Quieres trabajo?

"No"

"¿Que quieres hombre?"

"Nada, no soy hombre"

El "duende"  parecía tener predilección por el hijo pequeño de la familia Grijalba, Arturo, que en aquel entonces contaba con 4 años de edad y con quién conversaba a menudo. En youtube podemos encontrar el testimonio directo de este crío ya octogenario. Un día, el niño le dijo  al duende que estaba "chalao", y  la voz contestó:

"Chalao no, pequeño, chalao no"

A veces tenía palabras dulces con los niños, como cuando en una ocasión un crío estaba llorando, la voz trató de calmarle:

"No llores pequeñín, que no pasa nada"

En otra ocasión un arquitecto quiso medir el diámetro del hornillo y la voz dijo:

"No se moleste, tiene 15 centímetros"

Efectivamente, esa era la medida exacta.


               El "duende" tenía predilección por el pequeño Arturo Grijalba 


FINAL ABIERTO

Las autoridades estaban perplejas e impotentes ante un caso único inexplicable. The Times, el rotativo inglés publicaba en sus páginas: 


"Un irónico duende, que habla por la campana de una chimenea, tiene sobresaltados estos días a los habitantes de Zaragoza, los cuales se afanan de dar con la pista de la misteriosa voz. Un arquitecto y varios obreros han sido requeridos para trabajar sobre el terreno: han removido todo el piso e incluso han levantado el tejado, pero los trabajos han sido totalmente infructuosos. La policía trabaja activamente. No se ha podido impedir que grupos estacionados frente a la casa se destacasen varias personas y se lanzaran al techo, presas de gran alteración nerviosa, para buscar al duende. La policía se ha visto obligada a desalojar varias veces la puerta de la casa."

Para echar tierra al asunto, en un principio se acusó a la sirvienta de 16 años de ventriloquia inconsciente, ya que cuando la voz se manifestaba ella estaba siempre presente. Fue una acusación absurda, ya que cuando las autoridades investigaban el edificio, no se permitía el acceso de ningún civil al mismo, la criada entre ellos. Además, la voz siguió manifestándose dos meses después de que Pascuala abandonara la casa. El informe médico fue tajante:


"No descubrimos en ella fabulaciones, tendencia a la mentira ni simulación. Alejada la muchacha de la cocina, continúan dejándose oír la voz. No podemos probar siquiera que se trate de una histérica, ni tampoco de una médium. Tanto la policía como los fontaneros, electricistas y albañiles han hecho diversas inspecciones, no habiendo encontrado instalación alguna que conduzca a la voz fantasmal."

No obstante, las autoridades reafirmaron su acusación hacia la criada. En una entrevista que hicieron a la sirvienta, ya anciana, se reafirmó jurando que la voz salía de la pared.


          Sobre estas líneas, Pascuala Alcocer, sirvienta de la familia Grijalba.


La última vez que la voz se manifestó lo hizo con amenazas ante una gran multitud de inspectores:

"¡Voy a matar a todos los habitantes de esta maldita casa, cobardes, cobardes!"

Se llamó incluso a una reputada medium que cuando entró en trance, comenzó a sufrir convulsiones, sus ojos se quedaron en blanco y murió fulminada allí mismo. 

Las autoridades, ante la ineficacia de sus pesquisas y la falta de explicación lógica, dio carpetazo al asunto y cerró el caso con muchos interrogantes por explicar. El duende siguió haciendo de las suyas durante un tiempo hasta que de repente calló y no volvió a hacer acto de presencia. El Gobierno Civil logró que la gente se olvidara del asunto y el caso quedó en completo olvido.


    Muchos rotativos nacionales e internacionales se hicieron eco de la noticia.

Probablemente esta apasionante historia habría quedado relegada a un mero recuerdo si no fuera porque 40 años después y ante la persistencia de algún investigador se obtuvo alguno de los escasos documentos del caso que arrojaba algo de luz sobre este fenómeno. Sabemos que durante la investigación de la época hubo grabaciones en vídeo en el que se recogen algunas psicofonías y una supuesta fotografía en la que emerge un personaje de rostro siniestro. 

Actualmente el inmueble ya no existe. Se echó abajo por el temor a que el duende reapareciera. En su lugar, hay un edificio más moderno que paradójicamente porta el nombre de Edificio duende.